La maleta de Tini o la sombra del muerto

Si Javier Fernández decidiera presentarse, sería el mejor candidato. De la Presidencia del Principado están hablando; y para pronunciarse con ese aplomo y claridad en tema tan escabroso hace falta tener no poco mando en plaza. Por lo visto el líder del metal, Eduardo Donaire, lo tiene y hasta puede que le sobre, puesto que a los pocos días reincide por si no estaba suficientemente claro: -No le hago la maleta a Tini, pero los ciclos se acaban. Como lo acaban de oír, se acaban los ciclos y el del Presidente se acabó. La luz que en un vaso ardía en el suelo al muro arrojaba la sombra del muerto. Donaire estaba allí y fue el primero que la vio, la sombra del muerto; o por lo menos el primero que avisó (lo que tiene mayor mérito).

Tini, dice, y me conmueve. Eso de que llamen a los políticos por el hipocorístico acerca entrañablemente el poder a la ciudadanía. Tini, Manolo. Es como si cada uno tuviéramos un primo presidiendo una comunidad autónoma y nos olvidamos por un momento de que los primos somos nosotros. La única contrapartida de tan amable familiaridad es que al cabo de cuatro legislaturas sigo sin enterarme de si el Presidente Tini se llama Faustino, Florentino, Agustín o, tal vez, Constantino el Grande.

Donaire no le hace la maleta a Tini porque Tini ya no necesita maleta; lo mandan a paseo y para tan corto viaje no hacen falta alforjas ni maletas. Lo que en cambio le están haciendo con mucha diligencia es el único mueble que requiere la situación y que todavía no venden en Ikea, un ataúd con sus cuatro tablas y sus clavos contados. Pero que nadie vaya a pensar que el compañero Edu(ardo Donaire) tiene algo contra Tini; es más, lo quiere mucho. Pero un político, que puede permitirse un montón de cosas, no puede permitirse en ningún caso ser un sentimental y hacer la vista gorda ante un ciclo que se acaba.

¿Y no va a saber de ciclos Donaire, que lleva al frente del metal más de treinta años? Es el suyo un ciclo integrado de largo recorrido, con un mandato de acero inoxidable en el que se manejan materiales bruñidos, machihembrados y laminados en frío. Eso da mucha autoridad a la hora de calibrar ciclos ajenos. Casi se puede codear Donaire con los colegas de la minería, que se mueven a su vez con los ciclos propios de los residuos orgánicos fósiles. Siempre habrá algún facha que, sabiendo un poco de griego pero sin zorra idea de paleontología, aproveche estos datos para hablar de gerontocracia a propósito de este sistema tan rodado que lo que en rigor tendría que recordarnos es aquel modelo polaco que tan sazonados frutos venía reportando, hasta que -¡Ay!- Solidarnosk y un tal Woytila, cataplum, se lo cargaron. Que, como es más que sabido, no hay bien que cien años dure.

Así que, acabado el ciclo, los colegas de Areces, sintiéndolo mucho, asumen sus responsabilidades y se ponen a buscarle sustituto con dieciocho meses de antelación. Lo que se dice, con mucho donaire. Que a rey muerto, rey puesto. Pero es falso y calumnioso que la nomenklatura del partido haya salido en tromba y en tropel, pisándose los unos a los otros. Antes bien por el contrario, unos sollozando, otros en silencio, serios, vestidos de negro, en filas de tres en fondo, vienen al duelo de Tini todos los sociatas vivos que quieren seguir viviendo. Helos, helos por do vienen: Cuesta, Carreño, Corrales, diligentes costaleros, encabezan comitiva en tan concertado entierro

(Normalmente estas cosas no se saben si no estás en la pomada, pero hemos tenido la suerte de leerlas en la prensa, aireadas por un militante cabreado de que le hayan interrumpido el ciclo por dos años, metiéndolo en el congelador de la suspensión de militancia precisamente por haber intentado cortarle el ciclo antes de tiempo a la candidata a la alcaldía de Oviedo, una pájara de muchos espolones que atiende por Paloma).

No se extrañen pues si ven aparecer en las pantallas de la TPA digitalizada a un Presidente Areces de perfil plano, como una especie de ectoplasma, para dirigir a los asturianos y a las asturianas un último mensaje, tan escueto como espeso, que ya le tienen enlatado:-Soi lo que como como lo que soi. Que ahí donde lo tienen, ese lema aparentemente elemental representa la iniciativa más creativa y enjundiosa del gobierno de Areces para sacarnos de la crisis; enjundiosa y al mismo tiempo espiritual, que no solo de pan come el hombre y lo mismo se podría decir de la mujer (no la vayamos a liar). Secundemos, pues, la última voluntad de nuestro amado (Ex)presidente y que cada cual coma lo que pueda como lo que sea (procurando, dicho sea de paso, no hacerse la picha un lío). Y lo que dice Donaire: -El vivo al bollo y el muerto al hoyo. Pero uno no es político y puede permitirse el lujo de ser un poco sentimental para pensar por un momento, en unas fechas como estas, Dios mío, qué solo se quedan los muertos.