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¿Es suficiente pasar por un lugar para acusar a un vecino de pirómano?

27 de Marzo del 2017 - José Viñas García (Oviedo)

A partir de ahora, hasta temerán los vecinos de los pueblos acercarse al monte ¡qué digo al monte! Tendrán que tener cuidado de salir a la puerta de su casa, les estarán espiando por si les ven sacar del bolsillo un mechero o una caja de cerillas, aunque fuera para encenderse un cigarrillo; no digo nada si les ven en la mano una lata sospechosa de contener líquido inflamable, aunque fuera leche recién ordeñada. Ya salir al anochecer o amanecer, era peligroso, podrías encontrarte con un oso comiéndose las cerezas o la cabeza del burro en la cuadra, pues ahora añadan que una cámara nocturna no te vea fuera de casa, por los alrededores, te acusarán de ser un incendiario en potencia. Es todo tan surrealista, propio de películas de trama siniestra, que da pena y dolor reflexionar sobre el tema.

Resulta que una cámara nocturna para vigilar la promiscuidad de los ositos amorosos, capta a un vecino del lugar poco tiempo antes de apreciar un incendio en la zona ¡ZAS! Este es el pirómano ¡Que no! Las cosas no son así, resulta que la Infanta no se enteraba de nada de lo que hacia ella con su marido, y éste Señor tiene que saber quién prendió fuego cerca de donde él rondaba, tendrá que demostrar su inocencia, ya que todos le acusan a él de ser el incendiario; cuesta creer que éste País exista la Justicia y la presunción de inocencia, eso sí, existe para los políticos y el poder, para los de a pie, cuídense de no estar en sitio apropiado y a la hora aproximada, que les traerá un disgusto de cojones.

Es de allí, es su sitio, su entorno ¿no puede estar donde y cuando quiera sin tener que pedirles permiso para salir de casa a los ecolejetas? Uso esta frase, no como un insulto, es simplemente para rebajar su labor en defensa de unos animales (los salvajes) e importarles un pimiento los domésticos, las familias de los pueblos y sus propiedades. Esto es el colmo de la desvergüenza, tal acusación sin más pruebas que una cámara que vio pasear por el lugar. Igual luego él dice que fue, y entonces mi reflexión se irá al garete, pero antes de eso, no acusen; salvo que la cámara le filmara prendiendo fuego.

Algo no funciona en esta Región desde que los animalistas y ecolejetas dominan la administración. Tienen poderosos intereses económicos, echaran a todos los vecinos de los pueblos sin tardar, les harán la vida imposible. Por ello deben ponerse manos a la obra, unirse en contra de quienes no les respetarán en nada: Ven como plagas de Lobos y Osos les matan y atacan sus animales domésticos, se comen los frutos; los jabalíes destrozan cultivos, cierres y pastos, y ellos defendiendo la proliferación de esas bestias en perjuicio de quienes trabajan cada día por mantener el campo y la ganadería; con ella prados, huertos, caminos y montes. De no ser por estas gentes, todo sería selva y matorral, lo que pretenden estos animalistas desde su pisito en la ciudad para ir los domingos prismáticos en mano con sus retoños a ver Ositos amorosos.

¡Ya vale! ¡Ya les vale! Señores del Gobierno, ustedes además de ineptos para todo lo que sea crear riqueza y empleo, salvo para sí mismos; joden y no saben cuánto, con su apatía y consentimiento, a quien pretende trabajar, vivir y subsistir tranquilos en un medio que es el suyo, pero que ustedes pretenden apropiárselo sin más.

Cuando un jabalí provoque un accidente mortal, o un Oso ataque a un niño o mayor, entonces sí, nadie será culpable ¡pues sí! ustedes: los animalistas y gobierno tendrá que responder por ello.

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