El cierre preventivo de la autopista del Huerna
El motivo de esta carta es mostrar mi sorpresa y estupefacción ante el cierre «preventivo» por parte de la Guardia Civil de León de la autopista del Huerna la noche del 16 al 17 de diciembre «ante el mal estado que presentaba la carretera entre el final de la autopista de peaje y el límite con la provincia de Zamora», obligando a los que necesariamente tenían que ir a León a tener que cruzar el puerto de Pajares, que precisaba cadenas, y a pesar de que la autopista del Huerna no presentaba ningún problema.
¿Son estas decisiones lógicas y propias de un país del Primer Mundo? ¿A todo esto, el delegado del Gobierno en Asturias y su correspondiente en León no tuvieron nada que decir? ¿Cómo es posible que a la mínima nevada que cae se cierre el único acceso bueno que tenemos a la Meseta desde Asturias? ¿Qué harán entonces en los países de Centroeuropa y en los nórdicos? ¿Cerrarán de forma «preventiva» las carreteras durante los tres meses de invierno?
Es muy cómodo prescindir de algo porque nos puede dar problemas y así evitar responsabilidades, pero para eso no necesitamos a nuestros políticos. Queremos a gente que trabaje y dé soluciones, para eso están y les pagamos. Y en este caso (como en el del año pasado en el que hubo un colapso general en la autovía del Huerna por estas fechas), en el que los servicios meteorológicos nos habían avisado hasta con cinco días de anticipación, había tiempo de sobra para organizar un buen mantenimiento de la autopista. Pero lo cómodo es cerrarla, quitarse posibles problemas y protestas de encima y que se fastidie el usuario.
Es increíble: en los años ochenta y noventa Aucalsa (la concesionaria) presumía de que su autopista no se cerraba nunca por muy mal tiempo que hiciera. Y así era. Pero en el siglo XXI, con muchos más medios mecánicas y más perfeccionados y con unas previsiones del tiempo que llegan hasta los cinco días es cuando más veces se cierra por problemas meteorológicos.
La autopista se construyó para unir Asturias con la Meseta y evitar el temido puerto de Pajares, sobre todo en invierno. Costó muchos miles de millones de pesetas al Estado dada su dificultad (grandes desmontes, largos túneles, puentes complicados) y también costó vidas humanas. No es de recibo que, cuando más se necesita, unas gotas de nieve la cierren por capricho y comodidad de nuestros políticos.
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