Las Primarias del PSOE y el autobús del Imserso

El Instituto Nacional de Servicios Sociales y Migraciones (Imserso) junto a la universalización de la sanidad y de las pensiones pasaran a la historia de éste país como uno de los logros sociales del siglo XX protagonizados por los gobiernos del PSOE. Forman parte ya del patrimonio social de éste país y, aunque tarde en relación con el resto de Europa, incorporados a la construcción del endeble Estado de Bienestar que el Partido Popular ha pretendido cargarse (véase la sanidad en Valencia y Madrid).

Pero esto ya es historia, sin embargo de en vez en vez, cuando el socialismo español se encuentra en apuros levanta la bandera de sus conquistas sociales de los ochenta y noventa, sin querer enterarse que estamos en 2017 y que lleva más de 20 años sin ser capaz de dar respuestas a los nuevos desafíos generacionales al igual que le ocurre a la socialdemocracia europea.

Rodriguez Zapatero llegó a gobernar en el 2004 porque el pueblo español no pudo soportar la gran infamia que el gobierno de Aznar montó alrededor del atentado yihadista de Atocha y se mantuvo en el poder gracias a los vientos a favor que seguían soplando en la economía ficticia del "boom" del ladrillo. Cuando los castillos artificiales se derrumbaron y el Consejo de Europa "mandó a parar" no tuvo el valor y la fortaleza, que sólo los grandes estadistas tienen, de negarse a empobrecer a la sociedad española, dimitiendo y convocando elecciones generales. Hoy sería un referente de la izquierda en España y Europa, pero prefirió plegarse y en el 2011 salir por la puerta de atrás, permitiendo así que la derecha continúe con el desmoronamiento de las conquistas sociales. Hoy deambula como un zombi con un discurso vacío, sin aportar una sola idea al debate político y sólo pendiente de que los periodistas le pregunten sobre la Ley de Igualdad o del Matrimonio Homosexual (sus legados más queridos), pero sin enterarse que eso también ya es historia.

Este es el autobús del Imserso que el pasado domingo día 26 de marzo aparcó en el pabellón 1 de IFEMA (Madrid) junto a otros 50 autobuses procedentes de diversos lugares de España, sede del acto de presentación de la candidatura de Susana Díaz a la Secretaría General del PSOE. Allí estaban todos juntos, hasta los que llevaban más de 11 años sin hablarse (Felipe González y Alfonso Guerra), Alfredo Pérez Rubalcaba, J. L. Rodríguez Zapatero, José Bono, los "barones" socialistas de las Comunidades Autónomas más voceras cuando tienen una alcachofa delante (Javier Lambá, José María Barreda, Fernández Vara) Nadie echó en falta a otros ilustres socialistas como Manuel Chávez y José Antonio Griñán que bastante tienen con lamerse sus heridas. También se encontraba Eduardo Madina (¡Qué decepción!), quien fuera víctima de la maquinaria del aparato del partido en las primarias que "ganó" Pedro Sánchez, quien previamente pactara con Susana Díaz, para guardar a ésta el codiciado sillón de la Secretaría General, mientras ella terminaba su labor en Andalucía (pero Sánchez les salió respondón y no cumplió el trato) Allí estaban "casi" todos a participar del nacimiento de quien fuera engendrada por "el clan de la tortilla" para guardar las esencias de un socialismo que nada tiene que ver con los ideales de su fundador el 2 de Mayo de 1879.

El partido de los obreros, otrora defensor de la solidaridad y de la justicia social, hoy no es más que una caricatura de lo que fue. Empecinados sus "líderes" en preservar las supuestas esencias de unos principios que sólo sirven para avalar la postverdad que define a la sociedad actual y en la que se sienten muy a gusto Felipe González y su fiel amigo Juan Luis Cebrián. Los dos fueron piezas claves en la transición de la dictadura a la democracia y sería de necios no reconocer su aportación a la modernización de España en tiempos que nada tuvieron que ver con los tiempos de la sociedad actual, pero los dos han envejecido mal, atrapados en los círculos del poder y del dinero. Los dos defienden ahora un PSOE donde la S y la O son pura retórica o en el mejor de los casos, sólo sirve para recordar de donde vinieron.

La puesta de largo el pasado día 26, para presentar la candidatura de su "mirlo blanco", con todos los recursos del aparato (que para eso se creó la gestora) e institucionales rayaba el patetismo y visualizaba a un PSOE alejado de la sociedad y de sus problemas actuales, incapaz de superar la Historia, anclado en sus conquistas sociales de los ochenta y noventa, vendiendo humo del Sur.

La presentan y ella misma se presenta como ganadora, "me gusta ganar, se me nota y a ello me dedico" es el gran slogan, olvidando o mejor ocultando que llegó a la presidencia de Andalucía por dimisión de su antecesor José Antonio Griñán y luego en las generales de Diciembre de 2015, el PSOE perdió en Andalucía cinco puntos porcentuales respecto a las elecciones de Noviembre de 2011. En las primeras y únicas elecciones autonómicas en las que se presentó Susana Díaz, las de Marzo de 2015, el PSOE-A cayó cuatro puntos respecto a las anteriores elecciones de Marzo de 2012. Tampoco su obra de gobierno parece especialmente brillante en Andalucía, donde sigue sin resolver problemas y atrasos de hace décadas; ni se le recuerda ninguna medida, propuesta o idea de especial relevancia social o política.

Sus dos contrincantes luchan por encontrar un hueco donde poder ser visualizados ante la avalancha de medios de que dispone "el susanismo" ya institucionalizado y nacen con un error de base, la división del voto que favorecerá al oficialismo. No obstante todo ello, los ocupantes del autobús del Imserso pueden llevarse una desagradable sorpresa el próximo día 21 de Mayo, víctimas de su ceguera y prepotencia no se enteran que el autobús del Imsersoya no da más de sí...está gripado.