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Dar el sol en la cara

8 de Enero del 2010 - Florentino Fernández Ruiz (Mieres)

Cuando uno se encuentra con alguien y no sabe de que hablar se recurre al tópico de hablar del tiempo. Después de la cumbre de Copenhague los fenómenos atmosféricos están de moda. Extraños veranos donde quizá se estudie porque no pican las avispas y extraños inviernos que ya no responden al refrán de año de nieve año de bienes.

Con lo que esta cayendo en Copenhague los mejores cerebros del mundo no se han dado cuenta de que el hambre mundial no se debe a la falta de alimentos. En Bangladesh se pueden morir millones de seres humanos por hambre lo mismo que en Brasil mientras destruyen o exportan alimentos a otros países. Tampoco se han dado cuenta de que en África que produce pocos cultivos alimenticios sin embargo se multiplica la producción de cacao, algodón, café té etc. para exportar a países del primer mundo mientras sus poblaciones mueren de hambre. Tampoco se han dado cuenta de el problema no es exceso de población. China con la mitad de superficie cultivada que India por habitante ha erradicado la subalimentación y Brasil con mayor superficie cultivada por habitante que EE.UU., ha aumentado el índice subalimentación.

Pero si se han dado cuenta de que invirtiendo fondos de cooperación para el desarrollo en el tercer mundo los europeos tendremos berenjenas y mangos. En Copenhague lo único que ha salido reforzado es el espíritu de que hay que aumentar la producción y seguir creciendo aunque sigamos maltratando el medio. Seguiremos financiando más coches, más petróleo, más pesticidas mas capitalismo como antes de la crisis y seguirán trasladado la producción de alimentos de elevado coste a los países que tienen tierra y mano de obra barata y luego mientras ellos se mueren de hambre porque no pueden pagarlos se envían las producciones a los países ricos para beneficio de sus oligarcas.

Al final la perversión del sistema capitalista en cualquier país rico o pobre radica en que los trabajadores no puedan retener renta de sus salario porque la consumen para vivir en el mejor de los casos.

El capital solo puede acumularlo el que tiene beneficio empresarial a través de la plusvalía y la evasión de impuestos y la estafa.

Ejemplo: el mandamás de los empresarios españoles acusa del gasto de 6 millones de euros del estado español para ubicar en sus países a los que el considera consumidores mal informados por comprar los billetes de su compañía aérea que estaban en el mercado. Que pena que las fuerzas de seguridad del estado no corran ni persigan con sus porras y encarcelen a este tipo de parásitos que se aprovechan de los beneficios del estado para hacer sus fortunas.

En Copenhague no sabían de que hablar y han recurrido al tiempo. El silbido del viento acariciando la tierra, la tierra bajo la luz de la luna, algunos meteoros o estrellas como recurso lírico queda bien pero hacer el viento dueño de la tierra es demasiado prosaico. Al margen de los verdaderos dueños de la tierra que los de Copenhague conocen bien, para mi el dueño de la tierra seria el sol que nos calienta a todos por igual, y es capaz cada día de sacar colores imposibles a cualquier rincón del planeta menos a los personajes reunidos en Copenhague a los que no les da el sol en la cara.

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