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Adecuándose a la realidad

5 de Abril del 2017 - Carlos Muñiz Cueto (Gijón)

La educación es adecuarse a la vida, y no termina nunca. La Humanidad no ha dejado de adecuarse para poder sobrevivir mejorando la percepción de un entorno realmente mortal. Percibe también algo que toma conciencia en ella como un anhelo de sueños o pensamientos, de arrogancia o de humildad, y que se transmite a los que vienen detrás creando una evolución hacia algo. Un progreso dentro de un cosmos cuya expansión ya está fijada y predeterminada.

Necesita averiguar cómo suceden las cosas, saber lo que está ocurriendo y predecir lo que va a ocurrir. Para ello conforma palabras, símbolos, ecuaciones o algoritmos... Son medios para transmitir el conocimiento, mapas para guiarse en su avance hacia el futuro. La competencia se establece para decidir cuál será el juicio correcto en busca del bien propio o el general, o cuál evitará ser dominado o lograr dominar a los demás. En medio de esa competencia de supervivencia, los privilegiados aseguran su vida sobre la de los otros. Es así como la Humanidad llegó a la cúspide de la pirámide depredadora.

Más que la acumulación de riquezas o poder, la acumulación de conocimientos a transmitir llevó a la Humanidad a preguntarse sobre ¿qué verdades esconde la realidad percibida? La curiosidad elevó su percepción y amplió sus conocimientos. Pero también sintió que algo se ocultaba entre las palabras como un vacío que lo llenaba todo. Desde la imaginación, los sueños creaban historias que preparaban para la comprensión. Surgieron números junto a medidas de las cosas: las matemáticas medían y explicaban lo que ocurría con sus ecuaciones. La verdad científica se expresó por medio de ecuaciones que generaban más ecuaciones. ...stas llegaron a adquirir vida propia en su evolución. Con ellas se predijo el movimiento de los cuerpos y las estrellas; y todo el comportamiento de la realidad visible. Las experiencias se explicaban por ecuaciones, y se crearon ecuaciones que requerían experiencias. La verdad científica pasó a ser una afirmación (expresada matemáticamente o con algoritmos informáticos) que se añadía al campo existencial de la realidad conocida. Sin embargo, toda hipótesis partía de una percepción de la realidad que aún no se había expresado. Esa percepción no expresada (a veces ni como hipótesis) ya existía y se expresaba a sí misma desde el Big Bang. Era autentica y vivifica verdad aunque aún no se hubiese formulado o nombrado. Hemos trazado mapas del conocimiento científico y nos hemos movido en la realidad realmente existente de tal forma que, en estos momentos, disponemos de un gran avance matemático y de un enorme enfoque informático que nos permiten analizar la realidad circundante y desvelar sus secretos. Pero siempre hubo también otro tipo de mapas y datos. Otros que nos fueron transmitiendo su saber: los filosóficos, históricos, poéticos, novelísticos, místicos y religiosos.

Definir la verdad como: «la adecuación de la afirmación a la realidad», es un hermoso mapa del pensamiento científico tan preciso como afirmar que: el tiempo es la duración de un cambio en la realidad medible y perceptible. Todo lo que se puede decir sobre el mapa de la realidad conocida, es que no es el territorio de la realidad realmente existente en la que vivimos avanzando.

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