Con escaso predicamento político
Señor Jeroen Gijsselbloem, presidente del Eurogrupo, los españoles nos sentimos indignados por su desafortunado comentario, que sería tal si usted hubiera estado en la barra de un bar con amigos, pero se encontraba ante la prensa. Así pues, ha quedado bien patente la imagen que tiene de nosotros y de los nativos de los países del sur de Europa. que según sus impresiones dedican su vida a la juerga y se aprovechan de sus socios para robarles la cartera y así poder disfrutar de una vida confortable sin la más mínima responsabilidad.
Con una copa de vino en la mano, una guitarra y un cariño de mujer, nos veía Manolo Escobar, que no le faltaba puntería, porque somos muchos los que amamos el vino y las mujeres y las flores que calienta nuestro sol, y que el cantante Escobar entonaba aquel pasodoble: "Mujeres y vino", que algunos entusiastas propusieron en su día como himno oficioso de España: "Viva el vino y las mujeres / que por algo son regalo del Señor / y vivan los cuatro puntos cardinales de mi patria".
Pero el señor Dijsselbloem nos presume todo lo contrario, como una panda de alcohólicos y mujeriegos que derrochan su dinero en bares y burdeles y, a continuación, corren a pedir ayuda. Con lo cual mucho nos ofende a los machos periféricos, pero a las mujeres españolas, italianas, portuguesas y griegas es muchísimo peor, que les adjudica un papel que me guardaré muy mucho de nombrar.
Por todo ello, puede decirse sin faltar a la verdad, que en el imaginario colectivo se ha grabado una imagen del sur que evoca un edénico paraíso de ocio, solaz y lujuria en contraposición al norte, disciplinado, austero y trabajador.
Este holandés que, asimismo, se tilda de socialdemócrata, tiene la osadía de entonar a veces la cantinela de la solidaridad y se permite, como hizo meses atrás, de requerir a los españoles a "trabajar más duro y más largo".
Pensamos nosotros, queriendo hacerlo bien, que el presidente del Eurogrupo debe estar nervioso por el fracaso de su partido en las recientes elecciones holandesas que posiblemente le obligarán a dejar el cargo que desempeña en la Unión Europea. Pero eso no justifica una expresión tan zafia, grosera y repudiable hacia otros países de la UE, que revela que anda tan escaso de autoridad como de vergüenza. ¡Hay que ver en qué manos está el Eurogrupo!
Europa, pues, necesita políticos de más nivel e integradores que sumen adhesiones a su modelo político y económico cuestionado por muchos ciudadanos y amenazado por los populismos que lo ven como un problema más que como una solución.
Para finalizar, decirle, señor Dijsselbloem, que haga caso a la cantante italiana Rafaela Carrá, quien asegura: " que para hacer bien el amor hay que venir al sur...", " y en el sur se pasa mejor". ¡Si lo sabrá la señora Carrá!
Dése por saludado y véngase por aquí. No le guardamos rencor.
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