Quisiera dejar claro algunas cosas
Sin pretenderlo, mi escrito sobre la enfermedad de mi hijo ha tenido repercusión y discusión en Facebook, sacando de contexto mi pretensión, que no era otra que dejar plasmado que cuando critico insistentemente el deterioro de nuestra sanidad pública, ahora, en propia carne lo comprobamos y padecemos. No era mi intención hacer culpable a nadie de la enfermedad de mi hijo, lo estamos pasando fatal, lo sufrimos mucho, pero también pensamos que no somos únicos, y que otros se encontraran en la misma situación o parecida.
Cuando alguien entra apoyando mi denuncia pública, es de agradecer; cuando alguien la pone en cuestión es de respetar; pero cuando alguien (si ese alguien es médico) y no tiene otro argumento que el insulto, tengo que decir que me quedé corto en critica, ya que siempre espero de nuestros profesionales al menos sensibilidad y respeto por enfermos y familiares, más si, es un padre quien clama porque aceleren todo para la recuperación de su hijo. Usted, (ya sabes a quién me refiero) haciendo uso y abuso de ese corporativismo mal interpretado, no tiene otra manera de contrarrestar mi opinión, que con insultos, por lo tanto, usted es uno de esos que no debiera estar cobrando de nuestra sanidad. Cuando habla de pacientes conflictivos ¿a qué se refiere? ¡A quienes exigen sus derechos y que denuncian irregularidades y abusos! porque si es así, claro que soy un paciente o familiar conflictivo. ¡Ya sé! Todos somos conscientes de que muchos se creen Dioses, los endiosan los agradecimientos a los que acostumbran, así que cuando alguien les afea algo, es conflictivo. Sí he criticado en general la situación de nuestra sanidad en cuento a listas de espera, y que para ser atendido de forma correcta tengas que recurrir al enchufe de algún profesional, o acudir a su consulta privada para después no tener espera alguna. También una sola vez escribí a un profesional privadamente, en algunas tenía razón yo, en otras creo que me equivoqué; pero él no recurrió a insulto, más bien quiso aclararlo todo conmigo.
Aunque padre decepcionado y muy preocupado, jamás quise trasladar, aunque así pareciera, que la enfermedad de mi hijo es causa y efecto del profesional de turno en particular, más bien es el sistema implantado y consentido desde altas esferas, con una dejadez y parsimonia que roza lo meramente interpretable en listas de espera y unos protocolos implantados inasumibles y discutibles. Por lo dicho, no todos los enfermos pueden responder de igual forma a la misma enfermedad, los profesionales no deben asumir el papel de directrices a rajatabla, cómo no lo asumirían si fuera un pariente suyo. Este señor, al que repito, mi hijo dice tener referencia de la buena, si tiene alguna responsabilidad, es por dejarse llevar a rajatabla de un protocolo que le marcaron: le retiró el medicamento y luego también seguro siguiendo ese mandato en folio plasmado, le espació las revisiones. Y aquí viene mi crítica firme, los profesionales de verdad, deben revelarse contra esos protocolos que siguen parámetros económicos sobre todo, ignorando el daño a posteriori a su paciente.
Que decir de una prueba cómo es un PET, que después de dos meses de la recidiva, no tiene ni cita para hacerla ¿Es denunciable tal proceder? ¿Puede un padre quedarse callado ante tanta dejadez?
Un saludo y un abrazo a todos los profesionales entregados a sus pacientes y que no claudican jamás por muchas dificultades o gravedad se encuentre o normas les marquen.
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