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Ley de Muerte Digna. Eutanasia y Suicidio Asistido

14 de Abril del 2017 - Juan Antonio Salcedo Mata (Asturias)

Juan Antonio Salcedo Mata

Médico Jubilado del Equipo de Paliativos

Según publico El País, murió D. José Antonio Arrabal afecto de una esclerosis lateral amiotrófica en su domicilio, solo y sin la presencia de su familia. Aparentemente, tenía controlados sus síntomas en la medida de lo posible, contaba con el apoyo y el cariño de sus seres queridos, pero no quería vivir. Se suicido por no tener, según su criterio, calidad vida, y porque no quería molestar más a su familia. No es ni será el único caso (Ramón Sampedro, Andrea,...). ¿Debemos consentir que las personas mueran en estas condiciones? ¿Cuántos casos más se han de producir para que nuestros políticos encaren el problema?

Asturias discutirá en breve la "Ley de Muerte Digna" y se sumara a las promulgadas por otras CC.AA. sin entrar en el tema de la eutanasia. En el Congreso de los Diputados se han presentado sendas propuestas de Ley, una por Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea con el objetivo de despenalizar la eutanasia, y otra, por PSOE y C´s, de características similares a las del resto de las existentes. Solo se admitió a trámite la segunda argumentando que lo primero que hay que hacer es consolidar los derechos de las personas al final de la vida, los derechos y deberes de los profesionales y de las instituciones.

Con este artículo, lo que pretendo es contribuir a que el poder legislativo se enfrente al problema sin más dilación y que regule la eutanasia y el suicidio asistido de una vez por todas

¿De que estamos hablando? ¿Cuáles son los conceptos claves? Veamos:

1.- EUTANASIA (Del griego "eu" y "thanatos" que significa "buena muerte"): Acción que se realiza a petición expresa y reiterada de una persona que padece un sufrimiento inaceptable, físico y/o psíquico, a consecuencia de una enfermedad incurable para aliviar su sufrimiento y que le ocasiona una muerte segura, rápida e indolora.

No es eutanasia la sedación terminal o paliativa que se aplica ante un síntoma que no se puede controlar o ante un paciente en fase agónica, la retirada de un tratamiento que no consigue mejorar una situación irreversible, la no aplicación de un tratamiento que prolongue la vida pero que es ineficaz desde el punto de vista médico o un rechazo de una persona a someterse a un tipo de tratamiento.

2.- SUICIDIO ASISTIDO: Acción de una persona que sufre una enfermedad irreversible que le permite acabar con su vida y que cuenta con ayuda de alguien que le proporciona los conocimientos y los medios para hacerlo. Cuando esa persona es un médico, estamos ante un suicidio medicamente asistido.

3.- DIGNIDAD HUMANA: Derecho que tiene cualquier ser humano a ser respetado y valorado como ser individual y social con sus características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser persona.

A continuación, trataremos de responder algunas preguntas:

1.- ¿EXISTE DEMANDA PROFESIONAL, SOCIAL Y POLÍTICA PARA REGULAR LA EUTANASIA?

Tanto en el ámbito profesional (en Cataluña: el Observatorio de Bioética y Derecho -2003-, el Instituto Borja de Bioética -2005- y el Consejo Consultivo de Bioética), como en el de la ciudadanía (según El País -2.04.17- el 84% de las personas participantes en una encuesta de Metroscopia son partidarias de consentirla en el supuesto de estar ante una enfermedad incurable; el 66% de los votantes del PP y el 56% de los católicos practicantes también), y en el de la política (el Parlamento Vasco y Catalán aprobaron enviar al Congreso de los Diputados y Gobierno de España propuestas para modificar el código penal en su artículo 143; IU y Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea han presentado propuestas de regulación), parece que hay opiniones y voces para su despenalización. Luego la demanda existe.

2.- ¿LA APLICACI"N DE UNOS BUENOS CUIDADOS PALIATIVOS SON SUFICIENTES PARA CONTROLAR UNA SITUACI"N DE UNA MANERA INTEGRAL Y EVITAR LA PETICI"N?

Llama la atención este argumento que se esgrime por los políticos y profesionales sanitarios en contra de regular la eutanasia. En primer lugar, los cuidados paliativos comenzaron su andadura en España en torno a 1981 y desde entonces hasta ahora no se han implementado en recursos ni en cobertura de una manera adecuada a las necesidades. Según la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, alrededor de 54.000 personas al año no los reciben, no hay equipos para abarcar el medio rural, la mitad de los centros sociosanitarios y residencias no dan este servicio, un 30% de los médicos no tiene dedicación completa y faltan trabajadores sociales y psicólogos. En segundo lugar e independiente de la cobertura, según datos de nuestro propio equipo, mantenemos un buen control del dolor (alrededor de un 90%) y un buen control integral del paciente en general (75%) que nos permite ayudar a la persona y familiares en el proceso final de su vida a aceptar la muerte, pero no evitamos el deseo consciente, racional y libre de terminar cuanto antes el camino en unos pocos casos (entorno a un 2-3%).

Esta observación se ve corroborada por el Dr. Sacristán, Jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos de la antigua Área 4 de Madrid. Opina que hay muchos mitos en relación con este tipo de cuidados; estima que los profesionales no controlamos todos los síntomas ni mejoramos la calidad de vida y que hay tres tipos de pacientes: unos que creen que la muerte es un tránsito hacia una vida mejor (los religiosos y en escaso porcentaje), los que no quieren saber nada y se niegan a recibir información y los que aceptan lo inevitable. Entre estos últimos hay un porcentaje con buenos cuidados, capaces de pensar por si mismos y con libertad que estiman que sus últimas semanas de vida no son vida y piden ayuda para morir con dignidad.

El análisis de la práctica profesional pone en evidencia que no sabemos dar malas noticias (no se nos enseña nada al respecto), informamos mal y nos comunicamos peor con el paciente, favorecemos su ignorancia hablando más con la familia que con el y, en consecuencia, ni respetamos su derecho a saber si quiere y a su autonomía personal. Esta actitud provoca que impongamos nuestras propias creencias y concepto de calidad de vida y no prevalezcan las del paciente en cuestión. Hay miedo a sedar cuando está indicado, y si se hace, se hace mal, hay miedo a retirar un tratamiento que no aporta nada, se deriva al hospital a personas por motivos injustificados y allí fallecen sedados con toda la tecnología aplicada y no en su domicilio como quizás hubiera preferido. En suma, desconocimiento técnico, ético y legal que no se subsana.

3.- ¿PUEDEN LA SOCIEDAD O LOS PODERES PÚBLICOS COARTAR LA LIBERTAD INDIVIDUAL PARA DECIDIR CON RESPONSABILIDAD?

Algunos apuntes: uno, según Lain Entralgo la muerte no es un evento médico o cientifico, sino un evento personal, cultural y religioso; dos, la libertad moral individual es aquella que busca protección de la conciencia y responsabilidad por la decisión propia sin intervención de terceros, ni siquiera de quienes esgrimen argumentos como los de protección y salvaguarda de la Comunidad.

¿Respetaremos la dignidad y la autonomía del paciente reconocida en la ley?

4.- EN EL SUPUESTO DE LEGALIZARLA, ¿SE APLICARÍA DE FORMA INDISCRIMIDADA A PERSONAS VULNERABLES?

Es el argumento conocido como "la pendiente deslizante" y que se asimila el acto de la eutanasia al exterminio nazi. Si examinamos los datos de países de nuestro entorno en los que está legalizada, desmiente por si mismo este supuesto. Un estudio en Países Bajos publicado en Lancet revela que la tasa de mortalidad por esta causa no ha aumentado, la mayoría de casos a los que se aplica son cánceres y los relacionados con demencias son mínimos.

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