La Nueva España » Cartas de los lectores » Callar bocas, acallar bocazas

Callar bocas, acallar bocazas

17 de Abril del 2017 - José Luis Peira (Oviedo)

No suelo caer en el cebo de las informaciones deportivas, ese extrarradio de la prensa común en el que imperan ciertas leyes no escritas y se permite todo lo que sea o parezca visceral. Sin embargo el peso del deporte espectáculo es tan apabullante que siempre se hay filtración excepto que uno viva en una cueva en el lado del Himalaya que corresponde a Bután.

En este contexto he detectado, de un tiempo a esta parte, un soniquete reiterante, monocorde como casi todo lo que procede del deporte, que me invita prestar atención como un perro pastor al movimiento de la maleza. Resulta que se ha hecho habitual que cuando un dios deportivo logra una brillante actuación sus primeras declaraciones suelen incluir más o menos esta sentencia: "voy a callar muchas bocas"

Uno puede comprender que la exposición pública de estos ídolos debe ser opresiva. Desde ruedas de prensa en las que se les pregunta reiteradamente cosas como que si quieres más a papá o a mamá, programas debate en los que raleas de ventajistas les recriminan que por qué no corrió hacia la derecha en lugar de por el centro y ese tejido de las redes en los que la inmundicia medra a dolor y encima puede encaramarse a noticia de alcance. Además está el ciudadano callejero que se cruza con un famoso y no puede contener su vómito intelectual, o como se llame eso que les sale por la boca, sin detenerse a considerar que ese lateral izquierdo, motorista o saltador de tiro con arco sincronizado, es además, una persona. El asno sufre la carga, más no la sobrecarga, que dijo Cervantes. Y a veces rompen.

Considerado todo esto cabe suponer un resentimiento latente, un revanchismo por parte del atleta que en las duras recibe un atronador afeamiento, del que erróneamente pretende ser compensado en las maduras, encaramándose a sus goles o vueltas rápidas para escupir sandeces como lo de tapar bocas. Igual que se contienen para no devolver una patada en la cancha debieran de meditar antes de decir ciertas cosas.

Un deportista de élite tiene muchos privilegios porque el mundo se ha configurado para que así sea. Entre otras cosas porque a muchos se les ha alentado a amar más a sus colores que a su familia, y eso da pasta, notoriedad, fama y envidias superficiales. La sociedad acepta que un inventor o un cirujano estén mucho menos reconocidos que infinidad de estos musculados adanes, y a veces, evas. Uno de los peajes a soportar es el de la libertad de opinión de los demás, de los ventajistas con micrófono y del pueblo mondo y lirondo que compra sus camisetas y paga tribunas. Un héroe de la pista debería limitarse a rematar de cabeza, a recortar décimas o a saltarse los Green de dos en dos y abstenerse de tapar bocas. Lo del pensamiento único no les corresponde. Me parece una falta de respeto por su parte que regurgiten esas declaraciones, que anide en ellos esa sed de ajuste de cuentas, cuando, en líneas generales, son parte privilegiada de la sociedad. Su exposición extrema les proporciona ingresos y críticas. Pretenden podar las espinas de su rosal. Unos egoístas.

Cartas

Número de cartas: 45270

Número de cartas en Mayo: 114

Tribunas

Número de tribunas: 2045

Número de tribunas en Mayo: 7

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador