Felicidades a ese cielo, Pablo querido
Un año más, hijo, enviándote felicidades a ese cielo muy duro y difícil, muchas veces al día. Me parece imposible, pero ahí estas tú, arrancándome rápidamente pensamientos positivos. Agradecerte toda la luz que nos estás enviando (como buena estrella fugaz), ir percibiendo en nuestros corazones ese resquicio de magia…, poder verte cuando miro al cielo, poder escucharte con el corazón…, pues continuamente me dices cosas bonitas, aclarándome que tú brillas y eres feliz, porque nosotros estamos haciendo un buen trabajo.
Esa complicidad que tenemos es nuestra fuerza y constantemente me recuerdas que esa es tu nueva vida…, y claro que sí hijo, por eso seguiremos por el camino adecuado para llegar a aceptarla y hoy celebraremos tu cumpleaños, tristes (eso lo entenderás), pero enseguida nos arrancarás la sonrisa como sólo tú sabes y sabías hacer.
Agradecerte tus 32 años regalados, pues sólo nos diste cariño y amor, el mismo que nos sigues enviando.
Felicidades, Hijo querido, ¡allí donde estés!
Tu madre.
P.D: Tus amigos te envían sus felicidades y te agradecen todos los sueños que les regalaste.
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