Lo que el congreso se llevó
Observo atónito los últimos pasos que da la formación de Pablo Iglesias. Me recuerdan a un funambulista cuando empieza a hacer acrobacias porque cree que está llegando a la meta, a tierra firme. Y es que parece que los 71 escaños que el grupo ha conseguido provienen de un mismo estereotipo de votante, y no es así. Pero si hay algo que he aprendido en la vida es que hasta el rabo todo es toro. Y esto debería conocerlo también el señor Iglesias. Debería ser consciente de la heterogeneidad de sus votantes y no tomar más riesgos de los necesarios ya que los años pasan rápido y puede que para las próximas elecciones ya se haya encontrado una vacuna para la posverdad, ¿la posmentira? No quiero decir con esto que su "éxito" electoral esté cimentado enteramente en la posverdad, pero su discurso electoral enrabietado y su supremacía dialéctica convencieron a un gran colectivo que no reparaba en lo que había detrás, un programa. Un interesante programa electoral cuyo apartado económico fue elogiado nada más y nada menos que por el "Financial Times". Es por esto por lo que me pregunto si es inteligente por su parte orientar sus actos y políticas a este colectivo sensible al sensacionalismo y por tanto desvincularse de aquel que mas allá de todas esas palabras inventadas para retratar sucesos existentes (casta, poderosos, trama) confió en unos principios y unas leyes de Estado.
En su momento creí en un Podemos capaz de erigirse en estandarte de la izquierda española, promulgando valores como la conciencia social sin caer en el paternalismo estatal, teniendo en cuenta la coyuntura económica actual en la que una gran parte de la población se encuentra por debajo de los umbrales de pobreza y capaz de rescatar a la izquierda española del pozo antiacadémico en el que se encuentra. Pero no. La actual directiva de la formación parece que prefiere un partido eternamente joven que se desplaza en un tramabús sin saber a dónde se dirige en vez de uno capaz de madurar fundamentado en el discurso elaborado y razonable. Espero que no sigan jugando a la retórica barata y que al próximo congreso lo bauticen como Vistatriste. A las consecuencias me remito.
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