Carreras de montaña, un deporte a examen
Este 30 de abril, la III Convocatoria de la carrera de montaña La Pisada del Diantre atravesará nuevamente algunas de las áreas más sensibles del Sueve, ante la indolencia de unas administraciones incapaces de proteger estos espacios naturales únicos e irrepetibles. Las protestas de diversos colectivos en ediciones anteriores no han servido para detener este desatino y cientos de corredores volverán a la carga en esta ceremonia de la inconsciencia que cuenta con la colaboración necesaria del Ayuntamiento de Colunga.
En los permisos que otorgaba la Administración del Principado para la edición de 2015, se supeditaba la concesión de los mismos al cumplimiento de algunas cláusulas especificadas en el correspondiente anexo:
• Queda expresamente prohibida la circulación campo a través, debiendo desarrollarse la totalidad de la prueba por caminos y pistas existentes.
• No se producirán molestias a la fauna, tanto silvestre como doméstica, en especial a las especies que se encuentren en fase de reproducción.
• En los días siguientes a la celebración, por la Guardería del Medio Natural se realizará un reconocimiento final de la zona afectada para comprobar el cumplimiento del pliego de condiciones…
Por tercera vez, el trazado de la prueba trascurre fuera de los senderos, en el área de potencial regeneración de la tejeda, desde el Picu Pienzu hacia abajo por una pendiente muy pronunciada, y recorre la Biescona y atraviesa las tejedas en plena época de cría de un gran número de especies. Con buen criterio, el Centro de Interpretación del Sueve autorregula el número de participantes para las visitas guiadas a las tejedas que recorren este espacio caminando por los senderos. El máximo es de 10-15 personas y se limita el número de excursiones a cinco veces al año.
Mientras desde colectivos de montañeros y senderistas, crece la preocupación y sensibilidad por los problemas que causa la masificación de las visitas a espacios naturales, algunos organizadores de estas carreras no parecen darse por enterados del impacto que supone esta actividad sobre los suelos y la vegetación, o la perturbación que causan sobre la fauna silvestre. Mientras tanto, en este, como en otros problemas que atañen a la conservación de la naturaleza y el patrimonio, comprobamos que los responsables políticos no están ni se les espera.
En un panorama desolador por la falta de regeneración de las tejedas y otros bosques asociados, el deterioro de los pastos y la sobrepoblación de los gamos, que causan importantes daños por ramoneo y erosión, la celebración de este evento es fiel reflejo de la irresponsabilidad de las autoridades. Venden Paraíso a golpe de póster y stand turístico, pero no terminan de entender que para proteger ese Paraíso no basta firmar papeles sin salir de los despachos.
En este, como en tantos otros temas candentes, nuestros políticos siguen en Babia.
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