La sobrexposición en Instagram.
Cada vez son más los famosos que se dan de baja en las redes sociales, concretamente de la plataforma de fotografía Instagram. Desde Justin Bieber hasta la británica Adele, uno a uno han ido rompiendo su relación con dicha red social, lo que corresponde -según algunos de ellos- a un intento por alejarse del odio que se genera desde la seguridad del anonimato.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, es la propia plataforma la que negocia con la discográfica de turno un acuerdo, según el cual el Community Manager organiza y publica esta y aquella fotografía, actualizando la cuenta solo cuando es necesario promocionar algo, ya sea del propio cantante o de una marca de terceros.
Por otra parte es conocido que tanto Bieber como Adele -por citar alguno- tienen cuentas secundarias en Instagram que solo utilizan en un ámbito cercano, evitando que cualquiera pueda acceder a su información directamente. Esto nos hace plantearnos una duda: ¿están evitando las estrellas el acoso por Internet o tal vez las discográficas se han cansado de la vanagloria de según qué cantantes? ¿Quién es el enemigo de la marca, el fan o el famoso? Lo cierto es que para la marca Bieber lo mejor será prohibirle subir según qué contenidos a Internet.
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