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Canto al diputado por Asturias Ignacio Prendes

5 de Mayo del 2017 - Eduardo Martín García (Oviedo)

Me propongo glosar en lenguaje que le puede resultar familiar la actitud del señor Prendes, al menos desde la experiencia personal que resulta a tenor de mi petición que le hice en carta de fecha 25 de noviembre de 2016 respecto de un colectivo de abogados jubilados de toda España a la que dio la callada por respuesta y después de varios engaños para hablar por su parte, cosa que no ha sucedido.

Por ello, distinguido compañero, usted es una prenda volátil, escurridiza y que se desliza desplazando su posesión sin garantías para los ciudadanos. Primero veleidades con el PSOE, luego con la UPyD y de ahí a Ciudadanos.

En la metáfora de la prenda con desplazamiento de la posesión, el acreedor pignoraticio lo son los ciudadanos y usted es el deudor a los que se debe y representa, pero en el caso que nos ocupa su posesión propende hacia el lugar que le resulta más provechoso. La garantía real se ha esfumado y ya se encuentra en algo así como la silla gestatoria de la vicepresidencia primera del Congreso de los Diputados de España. Y califico así a dicha silla porque la misma se apoya sobre los hombros de los ciudadanos representados.

Lo que no da la profesión lo da política. "Honores mutant mores". Cuánto más fácil resulta transitar por la redia de la oficialidad referenciada que "fajarse" en el día a día en los estrados de los tribunales.

Los políticos tienen otra textura, su epidermis tiene más capas de las habituales y de alguna manera se engrosan y se van invaginando. Su función en estos casos va mutando y se renueva tan pronto como las circunstancias políticas lo exijan.

Todo lo anterior viene a cuento de mi petición en torno al tema indicado, a lo que usted, con la falta de cortesía más elemental, soslaya con el ni sabe ni contesta. Por ello, ¿qué nos quedamos, con el lustre chigrero, o con el protocolo cortesano?

Este abogado, ahora cortesano, ya no volverá al debate litigioso ante los Juzgados y tribunales y por eso pone tierra de por medio. Se dedica a cultivar otros huertos. Claro, dicha profesión, la de abogado, depara incertidumbres e inseguridades y la misma esta hecha para hombres curtidos y probos.

Reciba el testimonio de mi defraudado agradecimiento.

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