En Bulnes deben seguirse los "pasos" que dieron en Braunwald
¿Os acordáis? Corría el año 1997; desde su inicio el consejero asturiano de Medio Ambiente «luchaba» para conseguir que su homólogo en Madrid permitiese realizar «su» proyecto de carretera a Bulnes. Ésta arrancaría en la cota 400 (más o menos) de la que sube a Tielve, a Sotres y a Tresviso; la cual desarrollándose en zig zag sobre la vertiente norte de peña Main, en un recorrido de 1.400 metros, con fuertes desniveles, alcanzaría la cota 580, lugar desde donde arrancaría un túnel de 2.000 metros que afloraría en el muy singular valle de Bulnes; pero resultaba que Madrid no daba la autorización; dos o tres semanas más tarde: Asturias que sí; otras tres más tarde: Madrid que no... y «dale que te da». Pasó el verano y seguíamos en las mismas.
Alguien debió «aconsejar» a nuestro consejero, ya que éste y un alto funcionario viajan a Zúrich en avión; desde allí se dirigen a Linthal, cota 500, en la orilla del río Linth. Allí se suben a un funicular que «discurre» al aire libre por la ladera de un monte; tiene 1.364 metros y gana un desnivel de 730 metros de altitud, llegando al valle de Braunwald al que, por supuesto, desde antiguo, llega una carretera de montaña. Es evidente que los paisajes que contemplan les impresiona. De regreso a Asturias toma la decisión de abandonar su proyecto de carretera que «Madrid» (no debe extrañar) se niega a autorizar y proyecta («si ye por perres») un funicular en el interior de un túnel de 2.300 metros que supera 400 metros de altitud. No se estudia, ni siquiera se piensa realizar en la «cabecera» inferior un aparcamiento, pues su primordial finalidad es «romper» el aislamiento de las tres o cuatro decenas de personas que en Bulnes viven. ¡Ah!, y de paso, cobrarle el billete a algún turista despistado y fácil de contentar.
De buena parte de esto nos informa LA NUEVA ESPAÑA el 30-10-1997, publicando también un muy descriptivo dibujo del valle de Braunwald y del cordal de montañas que lo flanquean por el Noroeste, entre las que destacan el pico Ortstocik (2.717) y el Glärnisch (2.914); también se aprecian dos teleféricos, uno de los cuales llega hasta una altura considerable. Pero, ¿qué méritos o deméritos tiene la localidad Braunwald? De ello el Consejero nada aportó.
Quiero ahora recordar también que en marzo de 1985 vuestro Julio Puente publicó un esclarecedor reportaje sobre el Tirol, comarca alpina que pertenece una parte a Austria y otra a Italia; en él se informa: «El Tirol cuenta con 42 (vete tú a saber hoy día) teleféricos, 6 funiculares y 138 telesillas. Sus 550.000 habitantes ofrecen 350.000 camas a los 40 millones de turistas anuales que allí acuden». Cierto que estas informaciones para poco o nada sirvieron; sin desanimarse: hay que seguir insistiendo. Qué bueno sería que un reportero de LNE se desplazase a Braunwald y nos dijese cómo marchan las cosas (económicamente hablando) por allí.
Claro que, con seguridad, alguien nos dirá: «Los Picos de Europa, nada que ver con los Alpes; el modelo que seguimos son los parques nacionales de EE UU».
Creo que fue el día 10 del pasado mes de octubre pudimos ver en una televisión asturiana un reportaje sobre los mencionados parques; el Yellowstone (o como se escriba) recibe 12 millones de visitantes al año; el del cañón del Colorado, 15 millones. En uno de los dos, no recuerdo cuál, había a la entrada un arco reconstruido en piedra y sobre él se leía: «Para beneficio y disfrute del pueblo».
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