El parque de La Rodriga en Oviedo, mejor cerrado
De pena y dolor ver el estado de dicho parque (preservativos tirados, destrozos y pintadas), notar los olores tanto de cacas de perros como de orines ,escuchar los alborotos de los continuos botellones nocturnos y acciones sexuales y ser testigos de qué y como dejan ciertas/os ciudadanas/os, menores o mayores de edad, me da lo mismo, por definirlas/os de alguna manera, éste precioso tesoro y pulmón de Oviedo que cada vez se protege menos. Pésima idea el día que se decidió abrirlo al público, creo que estaba mejor en todos los aspectos cerrado en su estado salvaje con su tranquilidad, su paz y su hábitat etc.
Es un parque que una vez abierto, salvo 3 veces de día y 2 de noche en 14 años, la nula presencia de las autoridades correspondientes, brilla por su ausencia.
¿Hasta cuándo va a esperar el barrio y los chalets de al lado a que llegue una vigilancia diaria sin tener que estar preocupados y pendientes de llamar por teléfono?, es obligación de las autoridades tomar medidas y protegernos , queremos descansar de los botellones a lo largo de la madrugada sin olvidar las continuas acciones anteriormente citadas que a pesar de que no hay luz se las ingenian con sus móviles y con linternas o lo que sea para llevarlo a cabo y se oye ¡¡todo!!.
Yo no soy partidaria de sancionar a nadie pero si se llevara a cabo, seria por algo y porque no dejan otra opción, quizá se solucionaría.
Me parece muy bien que la gente haga con su vida lo que considere oportuno en libertad, naturalmente pero que lo lleven a cabo en sus casas, hoteles etc. donde no nos molesten y respeten también nuestra libertad y derechos.
Hay ancianos, bebés, niños y adultos que también quieren descansar y no tenemos porque sentir éstas acciones tan desagradables en vivo y en directo que nos desvelan, ni cambiar de habitación los que puedan permitirse el lujo ó ponerse tapones. Este sin vivir por la noche a partir de las 22.00 es deleznable.
Lucía García-Pumarino Pérez, Oviedo
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