¿Tienen horario laboral los ángeles?
Zygmunt Bauman nos ha dicho: "El viejo límite sagrado entre el horario de trabajo y el tiempo personal ha desaparecido. Estamos permanentemente disponibles, siempre en el puesto de trabajo».
Somos como un avión a punto de traspasar la barrera del sonido. Tenemos el conocimiento para construir esos aviones que, en sus pruebas para traspasar la barrera del sonido y por sus vibraciones, costaron muchas vidas. También tenemos los conocimientos para ir a un cambio crucial en la Historia. Aunque seamos precavidos a causa de los riesgos, la evolución llegará para cambiarlo todo. Se hará, aunque la rutina anestesie adormeciendo los cambios y el poder alimente el temor para garantizar su nivel de incompetencia con su inmovilismo. Para evolucionar, es razonable conservar la herencia de lo logrado por los que nos han precedido.
Actualmente, tenemos la capacidad para destruir el mundo y sus logros; no podemos seguir por ese camino. Es difícil diferenciar entre la destructiva revolución y la constructiva evolución. Es la misma dificultad que existe para comprender que una evaluación no debe verse nunca como una estigmatización frustrante, sino como una cooperación para mostrar otra actividad más satisfactoria e inteligente.
El devenir en una sociedad líquida (como en todo líquido), al llegar a la bifurcación, siempre hay dos formas de hacer que el flujo no vaya a lo no deseado: o se cierra la puerta hacia lo inapropiado, o se abre otra ancha hacia lo razonable. No es estrictamente una elección lógica, sino híbrida y difusa en la separación de unos y otros, al despedirse hasta el próximo encuentro. Las bases educativas para conseguir esta actitud razonable no se han logrado: lo vemos constantemente en todo lo que nos rodea. El objetivo ya no es ganar o acertar, es arrasar desde la mayoría utilizando la propaganda adecuada y la carencia educativa.
Es una locura. Por eso hemos de recuperar para el futuro el medio de vida rural, extenso y horizontal, alejándonos de la alienante vida intensa y en vertical. Hemos de cambiar sindicatos, patronal y partidos políticos, para poder evolucionar.
¿Cómo hacer la evolución? Reduciendo las horas laborales para ir a una ocupación plena: nadie debe quedar sin empleo o actividad retribuida. Habría que adjudicar un valor en créditos a toda actividad ocupacional según criterios similares al de los ECTS (Creditos Europeos), pero siguiendo criterios del EQF (Marco Europeo de Cualificaciones para el aprendizaje permanente) convirtiéndolos en créditos laborales. Tales créditos tendrían un valor en euros (localmente) con el fin del establecimiento de un salario ciudadano por parte del Estado, negociándose luego sindicalmente la parte del beneficio empresarial. El crédito ocupacional, así constituido, pasaría a ser una unidad monetaria de unificación en la valoración (en créditos) de todas las ocupaciones en Europa. Pudiendo, en lo local, sufrir variación su valoración en euros (moneda real única para comerciar).
Como es comprensible, habría una Renta Básica Universal (en créditos) que daría estabilidad a la sociedad evitando sus vibraciones. El valor en euros del crédito vendría determinado por el umbral de la pobreza local en euros, dividido por el número de créditos que Europa establecería para la RBU. Tal término local europeo sería un territorio con un determinado número mínimo de habitantes (¿un millón, por ejemplo?) agrupando al menos a uno o varios núcleos de población importantes.
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