Excluidos

22 de Mayo del 2017 - Coro Junquera Lantero (Oviedo)

Exclusión social, por regla general, a la que se llega por pobreza, por desarraigo, por pertenecer a una familia desestructurada, por tener problemas que nos apartan de lo socialmente entendido como social.

Me pregunto si no debería también ser una alternativa a no querer pertenecer a una sociedad como la actual, donde los parámetros económicos lo marcan todo, lo miden todo.

Donde se mira mal a quien es inmigrante, pobre, de otra raza o simplemente al que es distinto por el motivo que sea, pero se sigue viendo bien a quien guarda las formas externas, aunque sea un delincuente como una catedral.

Exclusión financiera en la que muchos ya estamos, pues si no perteneces a algún lobby de los que mueve el mundo... excluido estás. Pero honrados deberíamos sentirnos de estar excluidos, porque más que una banda de ladrones con guante blanco... no son.

Exclusión bancaria parece que ya la estamos soportando cuando vamos a pedir un crédito y nos lo deniegan porque hay que tener tantos avales y tantas certezas, que si las tuviéramos, no necesitaríamos un crédito del banco.

Estos bancos a los que se ha permitido todo y de todo, a los que se les ha dejado adueñarse de todo y de todos, estos usureros (no son otra cosa), negociadores pésimos de un dinero que no tienen, se permiten el lujo de poner cortapisas a los demandantes de crédito, cuando ellos son secularmente deudores.

Volveremos al calcetín, y, si no, al tiempo.

Exclusión migratoria. Yo te acojo a ti, inmigrante, siempre y cuando tengas una determinada posición social y vengas de determinados lugares. De no ser así..., excluido y condenado a errar de un lado a otro, a morir en el camino o a vivir en un campo de concentración.

Esta idea que hemos dejado que nos metan en la cabeza nuestros gobernantes de que el que viene de fuera nos quitará lo nuestro o es un delincuente, esta idea es simplemente su manera de controlar lo que podría ser la convivencia más fructífera y enriquecedora en mucho tiempo, pero les conviene más malgastar el presupuesto y tener las fronteras cerradas que aprovechar el gasto y ser un país humanamente correcto.

Exclusión política. Creo que somos cada vez más, pero todavía pocos, los que nos hemos excluido de este juego de partidos políticos al uso que no van con las necesidades reales de la sociedad, que están para mantenerse ellos y jugar al "y tú más", que no cambian lo perentoriamente necesitado de cambiar ya, que hablan contra la corrupción pero que poco hacen para acabar con ella, y que son cada día más vergonzosamente nefastos en la gestión de cualquier cosa que se ponga en sus manos.

Exclusión religiosa, porque todos somos muy laicos pero muy católicos, y hacemos de nuestra capa un sayo. Eso se lo ha ganado la Iglesia oficial a pulso, porque otra cosa que alejar a las personas no ha hecho. En vez de reunir al rebaño, lo ha dispersado de tal manera que ahora sí que hacen falta milagros.

Exclusión ética, porque hay dos mundos diferentes, el regido por la ética y el que no lo está. Al primero suelen pertenecer todas aquellas personas que, independientemente de las consignas al uso, tienen un sentido del deber, de la dignidad y de la honradez que guía su vida y que no tienen en cuenta lo que los demás hagan. Al segundo, nutrido grupo, por cierto, el primero le parece un antediluviano modo de ver y de hacer las cosas, no acorde con los tiempos que corren. Lo malo es que a los que hemos dado el poder, mundialmente y por regla general, aunque alguna excepción hay, pertenecen al segundo grupo.

Exclusión educacional, porque la educación, que no la cultura, principalmente es pensar en el otro, no hacer nada que pueda molestar a otro. Y desde los padres que permiten a sus hijos pataletas, desde los adolescentes que gritan y montan numeritos por la calle, desde los adultos que no saben comportarse como deberían y un sinfín más... Todos excluidos de una educación social que debería

ponerse de moda, a lo mejor así convivíamos más a gusto.

Exclusión informativa, porque ya estamos ahítos de tanta pero tan manipulada, así que nos excluimos al no dar crédito a todo lo que se nos traslada como información, y ponemos en tela de juicio las noticias que nos llegan por tantos y tantos medios.

Exclusiones hay tantas, unas buscadas, otras halladas en el camino, unas conscientes y otras no tanto... Que levante la mano el que no es un excluido por alguna razón.

Algunas son tan crueles, que llevan a la desaparición de la persona, y otras placenteras porque nos hacen vivir en un momento más digno.

Unas son perseguidas y otras aplaudidas, voluntarias e impuestas...

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