¡Cuidado!

Recibo diariamente un montón de WhatsApp de todo tipo: divertidos, soeces, porno, angelicales, un canto al amor y al buenismo, informativos, pidiendo adhesiones para múltiples y variadas causas, cabreados, etcétera. Hoy me voy a referir a los cabreados.

El tono sube y sube. Cada vez más. Y con razón. No los menospreciemos. Su capacidad de convocatoria y movilización (lo digo para algunos torpes y prepotentes) no se debería menospreciar. ¡Ojo!

Si yo fuera un manifiesto y evidente corrupto, estaría preocupado. Cuando a alguien le falta el mínimo imprescindible para una vida (de él y su familia) digna, se puede convertir en una fiera acorralada. Un simple gato acorralado y sin salida puede ser muy peligroso. No lo olviden los corruptos y los que les han permitido serlo. Escapar de la cárcel, por ahora, en este país, no es fácil. Entrar desde fuera, con los medios adecuados, no parece difícil. Con la situación actual pueden estar tranquilos estos desalmados corruptos encarcelados, pero... ¿Y si cambia la situación?

Que nadie me juzgue como exaltado y antisistema. Mientras no se invente otro mejor, este es mi sistema (necesita urgentes ajustes y saneados cambios, es evidente), pero... ¡cuidado! Si la cosa se sigue desmadrando, la reacción popular puede ser peor remedio que la evidente enfermedad de este sistema. Se puede ir de las manos, ¡ojo! La solución idónea para un grave problema no suele ser hacer todo lo contrario. Mejor hacer ajustes a tiempo.

La sensación de impunidad de los corruptos y el sufrimiento ocasionado matan. Mata que se lleven un dinero, y no lo devuelvan, que ha producido: menos personal sanitario y desmotivado, menos investigación, menos profesores y peor calidad de enseñanza para nuestros jóvenes (nuestro futuro y el de los jóvenes, condenados a vivir peor que sus padres), bajísimas pensiones que obligan a vivir en la indigencia a nuestros conciudadanos mayores que tanto hicieron (y en situaciones penosas) por el progreso de este país, injusticias tremendas ocasionadas por sentencias judiciales muchas veces por falta de medios de todo tipo, desilusión y falta de expectativas y de futuro para unos jóvenes que se han esforzado (y nos ha costado mucho dinero formarlos) y se tienen que ir del país para poder subsistir (de ahí también la gravísima falta de natalidad) y un sinfín de consecuencias.

Y mientras, el sujeto Ignacio González, y otros, se permite decir que "este país es una puta mierda". Sí, González, puede ser que este país sea una puta mierda, pero no por el motivo que usted lo cree, cuestionar su impunidad. Lo puede ser por garantista. Por no ponerle a usted a picar piedra con pico y pala manual en El Escorial hasta que eche abajo ese monumento edificado con sangre de personas que dieron su vida por creer en la democracia, y ser fiel a un gobierno, más o menos acertado, democráticamente elegido. Un país que, ante las evidencias, no tiene pensado la forma legal de arrebatarle todos sus bienes, ático con piscina privada en Marbella incluido y el palacete en Madrid. Si es por ese motivo por el que usted llama "puta mierda" a este mi país, yo también estoy de acuerdo, sin que sirva de precedente, con usted.

Son tantos los casos que podría enumerar de corrupción (cada día aparece uno nuevo y el partido que nos gobierna, es evidente, se financió irregularmente), que necesitaría todas las páginas de LNE, y de varios días, para denunciarlos. Mientras, Garzón y Elpidio, inhabilitados como jueces por poner en evidencia a Blesa, Rato...¡Pa mear y no echar gota!

No lo olviden los corruptos y los corruptores y consentidores. Si la cosa se desmadra... ufff, perdemos todos. ¡Ni la cárcel es segura! No tensen más la cuerda. Ojalá no se desmadre. Ese no es el remedio, pero no menosprecien las redes sociales. La cosa se está poniendo muy fea (es la única ventaja de esta brutal crisis; ahora a ciertos triunfadores sociales se les llama chorizos. Precio muy alto que han tenido que pagar muchos seres humanos). No es mi caso, pero si a mi familia le hubiese faltado lo más imprescindible, quizá yo sería uno de los que ya tendría cuerdas y otros utensilios preparados para entrar en ciertas cómodas cárceles para ir a buscarlos.

Nota: Lance Armstrong fue desposeído de 7 títulos del Tour de Francia por doparse. La Juventus, de varios títulos del Calcio por corrupción, también con carácter retroactivo. ¿Qué hacemos con el PP, que se dopó (sí, Esperanza Aguirre) con financiación ilegal para ganar varias elecciones? ¿Entienden ahora por qué estamos planteando irnos de este maravilloso país varios jubilados de antecedentes profesionales honestos y de éxito?