Despilfarro municipal
Hace algún tiempo que ya había tratado el tema, pero vuelvo sobre el mismo pues da la impresión que o bien a nuestros representantes municipales les importamos un rábano o bien lo que tratan es de reírse de nosotros.
Tal parece que lo acertado es lo segundo, pues si no no se explica la sarta de contradicciones en las que incurren continuamente.
En primer lugar, en Gijón ya hace tiempo que no se barre, sólo se riega, utilizando no sólo las barredoras que se supone deberían realizar la función cuyo nombre llevan, sino que se dedican a tirar metros y metros cúbicos de agua a manguera llena un día sí y otro también sin perjuicio de que luego se organicen “jornadas”, o llámeseles como se quiera, para llevar a los niños de los colegios al recinto de la Feria de Muestras u otros lugares similares y explicarles lo que tienen que hacer para ahorrar un litro de agua, mientras dicho Ayuntamiento despilfarra miles y miles de litros sin ninguna contemplación.
Claro que dicho despilfarro estoy seguro de que cumple una función perfectamente estudiada. Por un lado, el hecho de circular por las aceras regando hace que las barredoras con sus vibraciones desprendan una buena parte de las baldosas, además de que al filtrase a través de las juntas ayuda a que crezcan hierbas en las mismas y así tener que contratar a alguien para reponer las baldosa rotas y quitar los hierbajos. Probablemente yo esté ofuscado y no me dé cuenta de que lo que pretenden es acabar con el paro mediante este novedoso sistema.
Claro que, al fin y al cabo, el que paga es el contribuyente, así que para qué se van a preocupar de lo que nos cuesta: si el presupuesto municipal se dispara, con subir los impuestos arreglado.
Otro ejemplo más de la total despreocupación por el gasto público es la proliferación de carriles bici, claro que muy de vez en cuando por alguno de ellos, y alguna vez a lo largo de la semana, vemos circular una bicicleta... o dos, y no obstante, tanto si tienes bicicleta como si no, tienes que contribuir, tengas 30, 40 o 79 años, para que cuatro listillos que luego hacen manifestaciones ciclistas en connivencia con el Ayuntamiento puedan pasearse en bici a costa de tus impuestos.
Y, digo yo, ¿no estaría bien que esos ciclistas contribuyesen en algo... en algo, puesto que ellos son los únicos y absolutos beneficiarios de los carriles bici?
Desde luego está visto que aquí siempre pagan los mismos sea para lo que sea.
¿Podrá llegar el día en que los que se dicen nuestros representantes lo sean de verdad y nos lleguen a tener un mínimo de consideración?
Pudiera ser, pero lo dudo.
Julio Carlos Suárez González
Gijón
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