La Central Lechera Asturiana, ante un gran dilema
Se han celebrado recientemente las asambleas para la aprobación de cuentas y reforma de los estatutos sociales.
Los nuevos estatutos siguen marginando de manera abusiva a más de 6.000 socios. Con la composición de la nueva asamblea será imposible armonizar los intereses de todos los socios.
La asamblea está compuesta por 100 compromisarios activos que representan y votan por 1.200 socios, y 16 compromisarios excedentes, que representan a 6.100 socios excedentes pero solamente pueden votar por 240 socios; o sea, se quedan sin voto 5.860 socios excedentes. A todo esto lo llamaremos la ley del embudo.
En 1997 todo el patrimonio de todos los socios (activos y excedentes) se invirtió en dos sociedades: CAPSA y ASA. La marca se alquiló a CAPSA, superando los ingresos, sólo por este concepto ,los 300 millones de pesetas, para el año 2009. Pues bien, tanto lo percibido por la marca como los dividendos de sus participadas se destina en gran parte a salvar las cuentas de explotación de Clas. Concretando: van a parar a unos pocos en perjuicio de más de 6.000 socios excedentes. Esta práctica, de muy dudosa legalidad, no caerá en saco roto, estamos dispuestos a reclamar lo que legítimamente nos pertenece exigiendo, si llega el caso, responsabilidades personales a quienes utilizan esa mayoría.
El día 12 de enero se resolverá el recurso presentado por un grupo de socios excedentes, que sólo piden que se les reconozcan los derechos que por ley les corresponden. De no prosperar estas justas reivindicaciones, se puede producir una avalancha de solicitudes de liquidación a valor real dejando, con toda seguridad, descapitalizada la sociedad.
Los socios excedentes que no recibimos ni las migajas estamos ahí, con nuestro capital, por afecto a una sociedad que hemos creado con mucho sacrificio.
De no resolverse esta injusta situación, tendremos que pensar en colocar nuestro dinero en otras inversiones más rentables. ¡Cuidado! la avaricia rompe el saco. Este refrán puede aplicarse a esta situación.
Estamos hartos de la incomprensión de unos socios que no son fundadores, que llegaron después, cuando todo estaba hecho y ahora se creen los dueños y señores de todo.
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