El corporativismo, ampara y cobija a los innecesarios
La Sanidad Publica necesita un urgente estudio a fondo. Muchos se preguntarán ¿por qué no lo hacen e hicieron? Porqué amigos míos, cuando algo funcionaba bien y todos lo alabábamos, se creía que por sí mismo seguiría ese rumbo de excelencia ¡pero no!
El mundo progresa gracias a los inconformistas y los que tratan de no quedarse atrás. Ahora, todo camina a una velocidad endiablada, y nuestra Sanidad sigue el camino de lo anticuado: Se informatiza todo y muchos no saben sacarle todo el provecho, se renuevan maquinas e instalaciones, y el personal con pequeños matices caminan a una velocidad inadecuada para tanta tecnología y posibilidades.
El estudio no solo tiene que abarcar el cómo gestionar y planificar plantillas, recursos y avances técnicos; a los usuarios hay que instruirles y asesorarles de que si usan mal los servicios de urgencia y hospitalización, mientras se les atiende a ellos por temas menores, quizás se llegue tarde a quien de verdad lo necesita. ¡Ya se! (vivimos inmersos en miedos y temores, y jamás se sabe cuándo una dolencia es menor hasta ser descartado el riesgo) pero creo que para esos casos está el médico de cabecera y ambulatorio.
También diría, (y no por pesado dejaré de repetirlo) que si los miles de profesionales de nuestra Sanidad, también hacen un uso abusivo de esas instalaciones colando por un "quítate p´allá" a sus familiares, amigos y vecinos, añadiendo a los clientes de los profesionales de sus consultas privadas, solo queda espacio para ellos; el resto: así sufre unas listas de espera de escándalo.
Por todo ello, pido a la administración y autoridades competentes que no dejen pasar un día más: conformen un grupo de trabajo compuesto por expertos en todas las materias que influyen en el buen funcionamiento de este armatoste público. Por bien de los profesionales que se ven saturados y mal pagados; para hacer que los "profesionales" que consienten y hacen dejadez, se pongan las pilas. Y sobre todo por bien de los enfermos y familiares que no se sentirán cómo unos intrusos, tarde y regularmente atendidos cómo ahora, en unas instalaciones que son muy suyas, pagadas con sus impuestos y que cuestan el ojo de la cara mantener.
Son muchos los profesionales que se dejan cada día su salud por mejorar la de los demás, pero son muchos otros los que se consienten estar, sin tener la capacidad, sensibilidad y responsabilidad necesaria para dedicarse a tan loable profesión. El corporativismo mal interpretado, hace que los inadecuados sigan ocultándose de su innecesaria presencia en nuestra Sanidad pública.
¡Señores! Las listas de espera tienen que ser reducidas de una manera considerable, lo contrario sería asumir un fracaso de todos: De ustedes, dirigentes ineptos. De ustedes, profesionales que no denuncian a los que entorpecen, usan y abusan de sus posibilidades de colar y distorsionar el buen funcionamiento. De ustedes, usuarios que no exigen. De mí, por ser tan ingenuo que llego a creerme que mis inquietudes son las adecuadas, o que serán tenidas en cuenta por alguien; al menos por quienes vienen observando la decadencia, la pérdida de calidad y atención de nuestra Sanidad y que nada hicieron y hacen para remediarlo.
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