¿Regularización o amnistía fiscal?
El fallo del Tribunal Constitucional sobre la regularización fiscal o, a mi entender, mal llamada amnistía fiscal, acaba de ser una especie de lotería para toda la oposición al Gobierno y un auténtico mazazo para éste.
Quienes no somos expertos en temas jurídicos, poco podemos decir de si el fallo está bien argumentado y ajustado a derecho o no. Como suele decirse: "Doctores tiene la Iglesia", en este caso el tribunal en cuestión. Lo que a la gente de a pie nos llama la atención es el hecho de que el fallo se limite más o menos a decir que ese tipo de medidas o decisiones no se deben llevar a la práctica por decreto, tal como hizo el Gobierno del señor Rajoy en este caso, pero -según parece- sin aclarar si esa misma medida sería legal de haberse aprobado con rango de ley en el Parlamento. De otra parte, llama la atención el ver que el fallo en cuestión sólo sirva en la práctica para que la oposición le dé al Gobierno un tirón de orejas afeándole su conducta, pero sin ningún efecto práctico, ya que quienes se acogieron a la regularización fiscal en cuestión y se beneficiaron de una rebaja fiscal muy favorable respecto de lo que les habría correspondido tributar por conducto ordinario resulta que se quedan como ya estaban, con sus cuartos a buen recaudo y dejándonos al resto de contribuyentes en el lugar de verdaderos pringados, utilizando la expresión tan al uso ahora.
Una vez más, la política nos enseña su cara más fea, cuando lo hago yo es pura paja en mi ojo, cuando lo haces tú entonces es viga en el tuyo. Digo esto porque quienes llevaron al Constitucional esta cuestión parece ser que fueron los socialistas para apuntarse el tanto y afearle al PP su conducta. Cuando ellos hicieron más o menos lo mismo en 1984 y 1991, entonces a los ciudadanos nos lo vendieron como algo muy normal y beneficioso para la Hacienda pública. En mi opinión, tanto esto de ahora como lo de entonces es y fue algo difícil de entender por el resto de contribuyentes que cumplimos cada año con nuestras obligaciones fiscales, pero pienso que, como toda moneda de dos caras, si le damos la vuelta, vemos que ese dinero a los ojos del Fisco estaba perdido. Con la regularización fiscal en cuestión se consiguió que aflorara y aunque entonces sólo pagó una mínima parte de lo que le habría correspondido, debemos tener en cuenta que desde entonces está legalizado y tributando en nuestro país, ya sea en el Impuesto sobre el Patrimonio o en el IRPF si genera rendimientos a sus propietarios. Por el contrario, mientras estaba oculto, nuestra Hacienda no ingresaba un solo céntimo.
Para aquellos que aseveran que la llamada amnistía fiscal (para mí regularización) fue aprobada por el PP para beneficiar a su círculo de amigos, tal como se oye en ciertas tertulias de radio y televisión, yo que en lo político no doy un céntimo ni por unos ni por otros, creo que se exagera de manera malintencionada; es de suponer que entre los 31.484 contribuyentes que se dice se acogieron a la regularización fiscal, habría en lo político gente de muchas tendencias; sirva como ejemplo el caso del socialista-sindicalista señor Fernández Villa y algún otro, que según se dice también están entre los que se aprovecharon de la regularización fiscal. Al menos en el caso de este señor, no parece que tuviese ni tenga vínculo alguno con el PP, sino más bien todo lo contrario.
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