·Egosurfing", el narcisismo digital
Siempre he envidiado a esos aguerridos jóvenes que se deslizan en el mar empujados por la fuerza de las olas. El surf me parece un hermoso deporte.Hombre y naturaleza, frente a frente, en una pugna por la velocidad y el equilibrio. Nunca he pisado una de esas tablas y creo que nunca lo haré. Cuestión de edad y de torpeza. Me conformo con trotar a mi ritmo por la bahía gijonesa y verles a ellos, allá al fondo, en su afán, fundidos en el horizonte.
Cuando el frió aprieta, y la arena permuta en nieve, ni a los surfistas les gusta bregar ni a mi ponerme las zapatillas de correr. Hoy es uno de esos dias. Toca pues "sillonball" (deporte tan noble como cualquiera) y repasar hojas de periódico. En uno de ellos, allí arriba en la esquina derecha, titular con negrita de tamaño medio: La periodista Lucia Ramis, galardonada con el premio Josep Pla, por su obra titulada "Egosurfing". Y esto, ¿ que demonios es? ¿Sera que a la galardonada le gusta el surf como a mí o quizás practica un nuevo estilo narrativo que invita al "autodeslizamiento"? No tenia ni idea. Solo al seguir leyendo la entrevista a la autora me aclare.
Parece que el nuevo anglicismo esta causando furor en los medios. Y ustedes y yo sin enterarnos. Lo digital se ha instalado definitivamente en todos los recovecos de nuestra vida e internet es la muleta sin la cual es ya imposible enfrentarse al mundo.Y alguien fue y pario el "egosurfing": la practica de buscar en internet información sobre nosotros mismos. Es muy facil. Solo tienen que teclear en "google" su nombre y apellidos y a la velocidad del rayo, la pantalla les devolverá los sitios en los que ustedes figuran. Allí donde les conocen. Probablemente queden sorprendidos por su fama.
Mantener hoy la privacidad es prácticamente una utopía. En la gran "memoria universal" de la red informática hay rastros de todas nuestras actividades y comunicaciones. El fenómeno de las redes sociales ha convertido nuestras vidas en escaparates, donde vamos colgando retazos de nuestra intimidad, u otros lo hacen por nosotros. Estamos siendo victimas de un nuevo furor comunicativo y exhibimos nuestra identidad sin pudor, a los ojos del " Gran Hermano", ese fisgón que todo lo controla.
Y empieza a cotizarse al alza el grado de popularidad (que no de importancia) de cada uno. El numero de veces que figuramos en ese gran archivo y en que sitios. En la nueva jerga le denominan nuestro "numero google". Cuanto mas alto, mejor, pues eso nos aleja del anonimato. Todos quieren estar en ese nuevo ranking mediático,y no quedarse fuera del sistema. Las empresas de recursos humanos han encontrado un filón donde escudriñar nuestras vidas y aparece la competencia y el cotilleo. Aseguran que la actriz Nicole Kidman mantuvo el record durante mucho tiempo con su altísimo "número google" pero nada que ver con los casi ochenta millones de referencias con las que hoy aparece el señor Barack Obama, el ser mas popular del universo. Siguiendo sus estelas, ya nadie quiere quedarse rezagado, sea personaje o solo personajillo.
El nuevo fenómeno parece que causa adicción, y no seria raro que pronto acabase contemplado en los Manuales de Psiquiatría como una nueva patología del comportamiento humano: El Narcisismo Digital. Puede, que hasta inventen pastillas para su tratamiento y mas de uno tenga que pedir cita al psicoterapeuta. Yo mismo,con la publicación de esta carta habré incrementado mi humilde "numero google" y este en riesgo de hacerme "egosurfista". Aunque no lo creo. De momento prefiero seguir corriendo por la playa viendo a los surfistas a lo lejos. Es mas placentero.
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