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La política y los políticos en la D.O.P. Cangas

21 de Junio del 2017 - Jesús González Fuente (Pola de Siero)

Cuando era sólo un niño pasaba cada verano en el pequeño pueblo de mis abuelos, de poco más de veinte vecinos. Todos se conocían perfectamente y la enemistad entre algunos de ellos era notoria y en ocasiones hasta legendaria, ya que algunos conflictos se remontaban dos o tres generaciones. El origen del conflicto poco importaba, lo importante era seguir manteniéndolo -que si tu vaca ha entrado en mi finca, que si tu perro me ha matado una gallina, cualquier excusa era buena para llevar al Juzgado a su vecino. Pues bien, soy sumiller y en más de 25 años de profesión aún me sorprendo al ver esa misma actitud pueblerina y de mira corta en los gestores de un organismo como el Consejo Regulador del Vino de Cangas. Hace pocos días en el ejercicio de mi profesión organicé un evento gastronómico que versaba sobre una cata de vinos y productos menos conocidos por los consumidores de diferentes regiones españolas, con el fin de ensalzar estos productos. Pocos días antes de la celebración del mismo recibimos incrédulos una notificación de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Gobierno del Principado de Asturias, que a instancias de la correspondiente denuncia del Consejo Regulador de Cangas nos emplazaba a modificar el anuncio de dicho evento, al considerar que vulnerábamos la ley por incluir en dicho evento un vino que si bien se elabora en esta localidad, la bodega no pertenece al consejo regulador. El anuncio del evento relata en su encabezamiento que se haría

un recorrido por diferentes denominaciones de origen para conocer los productos que se elaboran en ellos y a continuación en un mapa se dibujaban en relieve las zonas escogidas y sus productos. En Asturias se puso el nombre del vino y a continuación Cangas del Narcea (como localidad), su lugar de procedencia. Ahora bien, aunque el encabezado decía que recorreríamos diferentes denominaciones, en ningún caso se dio a entender que todos los vinos presentados estuvieran dentro de una D.O., ni mucho menos se asoció el vino en cuestión a la D.O.P. Cangas, aunque podríamos haberlo hecho (ya que la cosecha 2010 de ese vino que íbamos a servir, si estaba amparado por la I.G.P., es una cosecha

anterior al reconocimiento de la D.O. y anterior a la salida de dicha bodega elaboradora de su Consejo Regulador). Un detalle que hubieran podido contrastar si en lugar de apresurarse ofendidos a interponer una denuncia, se hubieran molestado en contactar con los organizadores del evento. Cuando se toma una palabra de un texto (denominación) y se toma otra de un párrafo distinto (Cangas, omitiendo del Narcea) y las unen con la intención de ver un fraude de ley, denota una lectura sesgada, parcial, inconsecuente y chapucera, por no hablar de su intencionalidad, me referiré a ella más tarde. No es el único ejemplo de este comportamiento digno de una peli de Berlanga. Intentan superarse cada día, con el envío de cartas a establecimientos hosteleros, instando, no a modificar el origen erróneo de los vinos de esta bodega en cuestión, sino directamente a que los retiren de su carta e introduzcan en su lugar otros vinos que pertenezcan a la D.O. Pero van más allá, recomiendan la introducción de una bodega concreta, haciendo gala de una inmoral ausencia de imparcialidad, inherente a todo Consejo, ya que este, por definición, representa a todas las bodegas, no sólo a una. Señores del Consejo, su deber es velar por la calidad de sus vinos y defender y promulgar su origen, pero hay muchas formas de hacerlo, no con interpretaciones arbitrarias y malintencionadas del cartel de promoción de un evento gastronómico y no persiguiendo las faltas de ortografía y errores de ubicación geográfica en las cartas de los restaurantes que venden sus vinos. ¿Se imaginan que la D.O. Rias Baixas se dedicara a denunciar y perseguir a los innumerables establecimientos que ofertan sus vinos como D.O. Albariños, siendo Asturias su principal mercado nacional?, ¿o la D.O. Tierra de León denunciando cada vez que se ofertan sus vinos bajo el nombre D.O. Prieto Picudo?

En el momento actual, en el cual todos los expertos coinciden en señalar la necesidad de reformar el concepto de Denominación de Origen a fin de avanzar a algo más que la mera mención de un origen y apuesten por la diferenciación, la singularidad y la segmentación de la calidad, sorprende ver que una Denominación de Origen de reciente creación como la de Cangas carezca del talento, la visión de futuro y estrategia comercial para hacer las cosas mejor, pues pudiendo redactar normas de funcionamiento innovadoras, avanzadas, eficaces y pioneras en sus estatutos se conforman con adoptar los métodos más casposos y retrógrados del panorama vitivinícola nacional.

Cangas del Narcea no es patrimonio de un Consejo regulador, es una localidad asturiana que pertenece a sus habitantes y a todos los asturianos. Y tenemos todo el derecho de decir que un vino ha sido elaborado allí, aunque no pertenezca a su consejo regulador. Lamentablemente no contamos en nómina con David Copperfield para que haga desaparecer la bodega de su emplazamiento actual, seguramente algo deseado por su dueño (siempre y cuando pudiese llevarse también su viñedo La Zorrina), pero vista su forma de actuar, pienso que esto tiene que ver mucho más con una rencilla envidiosa de vecinos de pueblo que con la defensa de su sello de calidad.

Señores políticos, señor jefe del Servicio de Desarrollo Agroalimentario, les felicito por cumplir tan bien con su deber y resolver con presteza y premura sus obligaciones tramitando la denuncia del Consejo Regulador. Ojalá dedicaran ustedes el mismo empeño en la defensa de los productos asturianos. Apesta ver cómo en cada evento institucional organizado por ustedes ofrecen un “vino español”. ¿Cuántos años llevan repartiendo una botella de vino de Utiél Requena en la conocida fiesta de Martes de Campo? ¿Se imaginan al alcalde de Peñafiel ofreciendo un vino que no fuera un Ribera del Duero en acto institucional?, ¿al presidente riojano celebrando un acto con vino de Toro?, ¿cuánto sentido común se necesita para redactar un decreto que obligue a todos los estamentos públicos a celebrar sus eventos institucionales con un Vino de Cangas o una espicha asturiana? Mientras interiorizan esto, les emplazo a todos para que las personas que día a día nos esforzamos por transmitir y divulgar las bondades de nuestros productos nos dejen trabajar en paz, que bastante tenemos con defender lo que muchas veces es indefendible, porque a diferencia de ustedes nosotros sí creemos en nuestros productos, creemos en nuestra gente y creemos en Asturias. Lástima que Berlanga ya no esté entre nosotros, con todos ustedes tendría para una trilogía. Así nos va en esta tierra.

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