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El incendiario no es quien sufre las consecuencias

26 de Junio del 2017 - José Viñas García (Oviedo)

Muchos opinan bajo el desconocimiento más absoluto de cómo se puede generar un incendio, otros por intereses varios, más los que acusan sin más fundamento que su imaginación nocturna. Los incendios forestales en su mayoría se podrían reducir a la mínima expresión en cuanto a pérdidas humanas; pero existen múltiples intereses y torpezas de quienes deben trabajar por una planificación y prevención adecuada.

No quiero ser mal pensado, pero al igual que el medicamento (mejor que no cure) porque se acabaría el negocio del mismo. En los incendios hay múltiples intereses, que de hacer una planificación adecuada, se les acabaría el beneficio a unos cuantos. Pero qué curioso, los únicos que pierden todo (los vecinos del lugar) son los señalados con el dedo por todos esos que tendrían que contarnos a todos un cuento melodramático (no hablo de bomberos, porque ese es su cometido, por ello cobran, es cierto que Rajoy a los funcionarios los peló de lleno) hablo de los que sacan beneficio de los desastres, o los causan indirectamente por influencias en defensa de una mal interpretado ecosistema.

Los incendios forestales que causan estragos casi descontrolados y con daños en vidas humanas, se dan en lugares muy determinados: casas y carreteras entre maleza y arboleda, sin estar separadas por un cortafuego obligado. Sabemos que son los días de clima seco y mucho calor cuando esos incendios con tamaña fatalidad tienen su mejor coyuntura; lo cual salvo una mente enferma (pirómanos) solo son debidos a causas naturales o negligencias a repartir, entre ellas: se necesita una Ley dura de verdad, para todos aquellos que tiren cigarrillos por las ventanillas de los coches o no apagarlos cuando se tiran al suelo. Otra causa de incendios, son las botellas tiradas entre la maleza que hacen de lupas incendiarias cuando el sol aprieta con clima seco y temperaturas altas. Si en esos días de clima seco y cálido, añadimos fuertes tormentas secas, que disparan rayos aquí y allá, pueden ocasionar más de un foco a la vez, sin que nadie fuera el causante directo.

En efecto, el ser humano tiene en su haber ser creado por Dios cómo algo imperfecto, comete errores y descuidos que pudieran ser causantes de la catástrofe; pero todas esas circunstancias serian nada, si la administración en vez de hacer tanto caso a animalistas de pacotilla que defienden la fauna salvaje a costa del abandono de montes, pueblos y caminos, donde antes se hacían incendios controlados (ahora imposible, la maleza es selva y cuando la dejan crecer, cuando se prende, los resultados están a la vista) se limpiaba con trabajo, pero sin ese riesgo actual, además los animalistas con intereses económicos y amiguetes de los políticos de turno, consiguieron criminalizar a los vecinos de los pueblos ¡solo ver opiniones referentes a ellos cuando hay un incendio) hasta casi prohibirles tocar nada del monte, ya que alteran la vida de lobitos, jabalíes, Osos, urogallos, etc.

Siento rabia cuando alguien acusa a los mismos que sufren y son víctimas de esos desastres de ser los causantes de los incendios (los que pierden hijos, padres, abuelos, nietos, etc. vivienda, cuadras, enseres personales, empresas, animales domésticos, etc.) salvo por enfermedad mental o error humano. Por lo cual, ustedes busquen en otro lugar al incendiario, y no sigan maltratando a las gentes del campo.

Cómo dice en su columna Rico: Díselo a quien llama "bebé" a su cachorro y que dicen querer tanto cómo a sus hijos. ¡Algo no funciona en este mundo! ¡Algo estaremos haciendo mal todos! Se reúnen cuatro animalistas en una mesa de un restaurante chupándose los dedos de una buena mariscada, los cuatro inconscientes e insensibles de que esos animales de la mar estén fuera del ambiente familiar y que fueron metidos vivos en la sartén. Recogen perritos y los curan, pero a las ratas las fumigan. Se dispone de un helicóptero y medios todos para recoger y hospitalizar y medicar un osito herido, mientras se plantea cobrar los servicios cuando un ciudadano este por el monte en las mismas circunstancias ¡Tanta hipocresía e incoherencia deben ponernos en alerta! Mientras, van convenciendo a los amiguetes del gobierno de turno, que saque leyes duras para quien defienda sus propiedades, entre ellas animales, niños, cosechas y frutales de depredadores sin alma.

Como ven, esta es la sociedad que hemos propiciado.

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