Todos tenemos médicos, curas, y vecinos a considerar
A lo largo de la vida, de un día cualquiera, de cualquier año de nuestra existencia, tenemos motivos suficientes para agradecer a varias personas o colectivos que sean tal cómo son, que se comportaran con nosotros y con otros de la forma que lo hicieron; de eso no hay duda alguna. Que privadamente sabemos todos ser considerados para quien merece nuestro respeto y admiración, ya que de "buen nacido es ser agradecido"
Pero cuando eso se sale de lo personal, se hace público repetidamente: empalaga y confunde. Ya que dar las gracias por todo y alabar a las personas por ser buen vecino, párroco o ser humano; es cómo poco, repartir homenajes a lo excepcional, cuando no es así; todos tenemos curas, vecinos y amigos a quien rellenar páginas de adulación por lo buenas personas que son o fueron.
Que decir de los médicos que nos tratan o atienden a personas queridas en las condiciones donde la persona se siente más indefensa, débil mental y físicamente, donde más se necesita de esa dedicación, el sentir apoyo, respeto y sensibilidad a nuestro alrededor. Estar agradeciendo cada uno de nosotros en público a cada médico y enfermera que nos atendieran adecuadamente y trataron con profesionalidad y responsabilidad; sería un caos, un atasco publicitario sin más sentido que pensar que en público los agradecimientos tienen más caché e importancia que hacerlo personalmente.
No hay duda, son historias verdaderas, cargadas de sentimiento y admiración hacia personas y profesionales; incluso alguno con gran prosa y elegante presentación las hacen parecer únicas ¡pero no! hay curas, amigos, vecinos, médicos y familiares en muchos lugares que si todos nos pusiéramos a dedicarles parrafadas de alabanza, no habría medios de comunicación donde meter tanto corazón desprendido. "Si hacemos extraordinario y público, lo que es normalidad y naturalidad; solo estamos tratando de alabarnos a nosotros mismos".
Aquí es donde adquieren su importancia las denuncias, ya que al contrario de las alabanzas, el cara dura no recibirá en privado cómo muy bien ser criticado, el cara dura actúa ya directamente sobrepasando los límites del respeto a personas y profesión; por ello solo cabe denunciarlo en público si el tema no alcanza a parámetros judiciales.
"Denunciar y criticar injusticias, excesos o simples abusos; es una manera de honrar nuestra existencia, la vida misma"; no pasar por ella solo dando aplausos y palmaditas en la espalda a quien cumple con su obligación cómo ciudadano y profesional; que solo rebajan nuestra propia consideración ¡Ya sé! Es más sencillo encontrar motivos de agradecimiento y halago; cuesta mucho denunciar a nadie, pero es obligado para todos no tapar los ojos ante las injusticias e incumplidos.
Gracias a todos los que además de cumplir con vuestra obligación (Cirujanos, Curas, Vecinos o Pintores de brocha gorda) hacéis un esfuerzo mayor, un poquito más por la responsabilidad hacia vuestra dedicación y por los demás. Que solo redundará en prestigio personal y admiración de todos, sin que tengamos necesidad de hacerlo público a cada instante y a cada persona que merece la pena.
¡Fíjense bien! ¿A quién quieren más en esta vida? ¿Verdad que a un hijo? Pues un profesional, por la misma, tendría que dedicarle inmensos agradecimientos públicos, pero solo le daré un gran abrazo por ir un poco más allá, por demostrar que una larga trayectoria no impide superar retos personales y profesionales. Salvándole la vida a mi hijo.
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