Mi pequeño homenaje a Mercedes Rodríguez Hoyos
En todas las familias hay una persona que está siempre ahí cuando la necesitas.
En todas las familias hay una persona a quien siempre puedes pedir ayuda y que siempre está dispuesta a ayudar.
En todas las familias hay una persona de dar mucho y pedir poco o nada a cambio.
En todas las familias hay una persona a la que quieres sin más, porque es imposible no quererla.
Y Mercedes Rodríguez Hoyos fue esa persona en nuestra familia.
Enfermera por vocación y de profesión, primero en Maternidad en Oviedo y años después en el centro de salud de Teatinos.
Para ella su trabajo era algo más que poner una inyección o administrar una medicina. No dudó en vestirse de payaso para alegrar a los niños de la planta de Oncología, o en imitar a Lina Morgan para arrancarles una sonrisa y es que sus medicinas curaban también las heridas que no se veían: las de la soledad o la falta de ilusión.
Durante muchísimos años fue la Mamá Noel de Maternidad y los dibujos de agradecimiento de cientos de niños adornaron su taquilla en el hospital y llenaron su vida de historias entrañables que narrar.
Querida y admirada por los enfermos del centro de salud de Teatinos que se convirtieron pronto, no en sus pacientes, sino en sus amigos.
Y ya sólo me queda hablar de la parte que Mercedes Rodríguez Hoyos nos dedicó a nosotros, su familia.
Hija, hermana, prima, cuñada o tata. Cualquiera que fuese el papel que le tocase desempeñar lo desempeñaba siempre a la perfección.
Hubo momento duros, muy duros, de los que no voy a hablar ahora y en los que siempre fue nuestro referente y nuestra guía.
Ahora esa maldita enfermedad llamada cáncer se la ha llevado. Nos la ha quitado a todos: a sus pacientes, a sus compañeros de trabajo, a sus amigos y a su familia.
Es en estos duros momento cuando es bueno tener fe y pensar, que allá donde esté, seguirá velando por todos nosotros.
Si una puede tener certeza de algo en la vida es de que estas breves palabras reflejarán el sentir de tantas y tantas personas, mayores y pequeños, cuyas vidas Mercedes alegró con su presencia.
¡Nunca te olvidaremos!
María Delfina Melendi Rodríguez, Infiesto
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