Por un uso responsable de la pirotecnia
Llega el verano y comienza la pesadilla. Porque llega el verano y Asturias prorrumpe en celebraciones y festejos.
Es mi único deseo que esta carta sirva para invitar a la reflexión sobre el uso y abuso desmedido de los reclamos pirotécnicos. Cada vez que suenan voladores mi perro tiembla. Se le sale el corazón por un costado del pecho. Si está en la calle trata de huir¡, despavorido.
Ciudades, pueblos, barrios. Clubes de campo. Celebración de éxitos deportivos. Elija usted. Somos un pueblo amante de las tradiciones y el folclore. Fantástico, pero también de la excusa por la celebración.
Nuestras mascotas sufren. Es inevitable. Ponderemos el hecho de que su capacidad auditiva es muy superior a la nuestra. Son innumerables los casos de animales extraviados a causa del profundo miedo a los voladores. Pero estas líneas no pretenden solamente ser una consideración orientada a animales y mascotas, sino a las molestias que a todos ocasiona el uso reiterativo y machacón de la pirotecnia utilizada como reclamo en celebraciones y festejos.
¿Es realmente necesario estar todo un día o toda una tarde lanzando cohetes, en ocasiones durante varias jornadas? ¿Es necesario explicar lo molesto que termina resultando para una gran parte de los ciudadanos el abuso de esta práctica?
En lo personal no soy amigo de las prohibiciones ni de la asfixia restrictiva. Pero no está de más recordar que el abuso cuando pasamos de la molestia tolerable a la desesperación más irritante contraviene las normativas y ordenanzas municipales en materia de ruidos y vibraciones, en el marco de las reglamentaciones encaminadas a la protección medioambiental.
Es necesario un poco de control, a quien competa. Asimismo es necesario que entren en concurso el sentido común y un mínimo sentido cívico, para entender que con tres cohetes por la mañana y tres por la tarde tenemos suficiente para darnos por enterados de la bendita santidad de San Fulano.
Por un uso responsable de la pirotecnia. Por la formación de una conciencia cívica sobre este asunto.
Noel Álvarez Maciñeiras, Oviedo
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