¿Negacionistas / exageracionistas climáticos?
Sumario: La obtención y gestión de datos contrastados y contrastables
Las fluctuaciones de las diversas variables directoras del conocido como clima local o regional son ampliamente percibidas por el hombre y su entorno vital o vitalizado, sea de forma individual o en agrupaciones. Tales fluctuaciones, consideradas a escala cartográfica global y geotemporal parecen perder consistencia o realidad. Los inicios de los climas de la tierra están relacionados con hipótesis geológicas, que necesitan de un fuerte y permanente estudio de indicios y pistas; fosilizadas en el subsuelo y superficie geomorfológica actual, oceánica, litoral y atmosférico meteorológica. Fluctuaciones desestabilizadoras de ambientes, ya sea por biocambios o termocambios de derivación natural o estimulados como consecuencia de desarrollos urbanos y mineroindustriales, existieron, algunos organizados en periodos climáticos (glaciares-periglaciares, aluvionares, desérticos y otros) existen asimismo; dispersos por las amplias zonas globalizadas, donde el desarrollo y bienestar persisten activos e incluso activados desordenadamente o con desmesura. Los datos aportados por las diversificadas variables climáticas no son suficientes en tiempo y espacio para saltar la barrera del determinismo de un cambio climático y globalizarlo. El espíritu y pensamiento científico tecnológico necesita tanto de la hipótesis como de multiplicados y extensos datos para establecer reglas y regulaciones conducentes a prever, limitar y conducir los cambios climáticos. Los protocolos de procedimiento, sean reuniones, comisiones de seguimiento y sus proposiciones (¿“encíclicas laicas”?) se suceden. Las respuestas son ambivalentes por falta de suficiente representatividad del espacio del que proceden los datos. A quienes mantienen la presentación fluctuante de los valores del clima, más allá de las seguridades deterministas del cambio climático y advenimiento catastrofista global, se les califica de “negacionistas”. Quienes perciben un clima fluctuante hipotético sobre todo en datos globales, no obstante el permanente y voluminoso crecimiento de éstos, y con catastrofismos sobredimensionados y finalistas, debieran ser increpados como (¿“exageracionistas”?). No niegan, sólo perciben que se sobredimensionan ciertos datos y extrapolaciones. Ni negación ni exageración climática: gestión espacial de ambientes, en la medida que lleguen datos globales y consecuentes deducciones. Se está en la senda del buen y científico camino. Entre tanto la “humildad”, tan utilizada en este tiempo de modas y modismos, marca el camino a seguir en la obtención y gestión de datos contrastados / contrastables, frente incluso a finales de mundo laicos, que también son propalados o exagerados sociológicamente.
En el orden humanitario más individual o afectivo, la creación y ampliación / desarrollo de “Hospitales Universitarios médico-ambientales” deben ser un poscamino de permanente reflexión. Para Asturias, un “Hospital Universitario biomédico ambiental… ¡“Princesa Leonor de Asturias”!, ya propuesto en otras ocasiones como elemento de reflexión para la Universidad-Universidades, es –por demás– una necesidad e incluso… “posverdad”. Ayudemos a fluctuar nuestros pensamientos, también en el entorno ambiental y local tecnobiomédico sobre el que se confrontan y confrontarán –todavía largo tiempo– negaciones y exageraciones ambientales. Al servicio del hombre / humanidad: (H, H.). Que puedan seguir persiguiéndose resultados educacionales primarios y tecnomédicos universales / universitarios.
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