El derecho de los pensionistas a la paga extra
En la edición de LA NUEVA ESPAÑA del día 3 de julio, un lector de Gijón remite una carta en la que habla de la paga extra de los pensionistas y veo que se ha olvidado o mal interpretado un detalle sobre el cálculo de dicha paga.
Durante nuestra vida laboral, las empresas declaran y cotizan por los trabajadores sobre los emolumentos que percibimos por doce meses trabajados, y a esas cotizaciones aumentan cada mes una doceava parte de las dos pagas extras que cobramos junto con el sueldo de los meses de junio y noviembre, en muchos casos esas pagas se cobran a mediados de julio y diciembre, según tenga establecido cada empresa. Esto quiere decir que cuando se cobran las pagas extras no se practica ningún descuento de la Seguridad Social, puesto que ya se viene descontando cada mes. Por lo tanto, la cotización a la Seguridad Social durante el año tanto de la empresa como del trabajador es de catorce mensualidades, doce por los emolumentos percibidos cada mes y dos por las pagas extras. Lógicamente, al hacer el cálculo de la pensión a percibir por cada trabajador que se jubila, se divide el importe total de las bases de cotización de cada año, actualizando las de los trece primeros años, aplicando el IPC de cada año, más las de los dos últimos, hasta completar quince años cotizados, entre catorce mensualidades que son las que se cobrarán de pensión cada año, distribuidas en doce meses más dos pagas extras, junio y noviembre. Por ello, la Seguridad Social paga correctamente las pensiones a que tenemos derecho en razón de lo cotizado durante nuestra vida laboral, sin quitar ni regalar nada, teniendo en cuenta que el cálculo se hace de los últimos quince años cotizados.
Otro tema es el de la caja de pensiones o caja de reserva. Esta caja se creó con el Pacto de Toledo y los distintos gobiernos han ingresado en ella hasta cerca de setenta mil millones de euros, para garantizar el pago de las pensiones de varios años. Pero la crisis económica del año 2008 y siguientes obligó a los gobiernos de esos años a utilizar ese fondo para el pago de las pagas extras de las pensiones sin reintegrar las cantidades retiradas. La última partida retirada lo fue en junio pasado, por más de tres mil millones de euros, a la que se añadió el préstamo de diez mil millones, y el resto se obtuvo de las cotizaciones cobradas a las empresas y trabajadores, hasta completar los más de diecinueve mil millones pagados en dicho mes. Y estas son las cuentas de la lechera, si no llega el dinero para pagar las pensiones habrá que sacarlo de algún sitio, y el Gobierno optó por dar un crédito a la Seguridad Social. Y aquí no vale la demagogia, el dinero de la caja de las pensiones salió de los impuestos, no de las cotizaciones de la Seguridad Social, mientras ésta no tenga por lo menos veinte millones de afiliados, el sistema en su conjunto será deficitario.
Lo que sí es cierto es que las pensiones cada vez son más bajas en relación con los precios al consumo, ya que llevan años sin aplicar el IPC anual que publica el INE. Cierto que hubo varios años que este índice fue negativo, pero este año y el anterior se está pasando de la raya. Cuando gobernó el iluminado señor Rodríguez Zapatero, haciendo recortes a diestro y siniestro, nadie protestó, ahora todas las culpas las tiene el PP, a pesar de haber enderezado el rumbo de la economía con cargo a los bolsillos de los de siempre. Si los políticos corruptos devolvieran todo lo que robaron, la situación económica sería muy distinta.
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