Así nos va
Hace meses el Ayuntamiento de Madrid prohibió la circulación de un autobús con permisos en regla conducido por un profesional con todas las capacidades técnicas y legales intactas y sin contravenir las normas de tráfico o aparcamiento. El autobús estaba fletado por una organización legal, “Hazte oír”. La causa alegada para prohibirlo fue la inscripción publicitaria “Los niños tienen pene y las niñas vulva”. ¿Expresa la frase algo que no sea cierto, o algo ofensivo? Parece ser que no. Pues entonces está claro que no hay razones objetivas para prohibirlo, sólo es “ideología”.
Recientemente se ha celebrado el culmen de la gran charada del Orgullo Gay que distorsionó durante toda la semana la vida normal de Madrid con la transgresión autorizada de todas las normas legales de convivencia, causando graves molestias a los residentes, denunciadas en varias emisiones televisivas. En la transgresión de las normas están igualmente implicados el Ayuntamiento y la comunidad autónoma. Con este evento toda España pudo conocer la gran plaza dedicada al venezolano Pedro Zerolo, sustituyendo su nombre al de nuestro paisano Vázquez Mella, brillante intelectual y político carlista y católico de los siglos IXX y XX. Los méritos del Sr. Zerolo fueron ser concejal del Ayuntamiento de Madrid por el PSOE, ser homosexual y desgraciadamente fallecer joven por una grave enfermedad. Parece ser que en determinadas ideologías los méritos se subliman hasta rondar e incluso alcanzar la mentira. Ni fueron tan grandes los méritos del Sr. Zerolo ni al Wolrd Pride asistieron tres millones de personas como nos intentan vender. En el Movile World Congress de Barcelona la ciudad y todos sus servicios estaban colapsados y asistieron cien mil personas. Dónde se alojarían en Madrid tres millones, si fuera cierto. No hay razones objetivas para tanta honra y fanfarria, sólo hay “ideología”.
Estos días se cumplen veinte años del secuestro y vil asesinato de Miguel Ángel Blanco por la banda terrorista ETA. Él era concejal del Ayuntamiento de Ermua por el PP. El Ayuntamiento de Bilbao gobernado por el PNV con apoyo del PSOE no sólo niega la concesión de su nombre para una plaza, sino incluso la colocación de una placa recordando su vil asesinato. No hay razón objetiva para esta negativa, sólo hay “ideología”.
Cuando la ideología se adueña y sustituye a la razón y el sentido común, poco se puede esperar de un país. Unos, apoyados en la ideología sólo expresan su rencor, mientras otros se desprenden de ella por “el qué dirán”. Así nos va.
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