Ecorreflexión
Avanza la conciencia de una sola casa común, aunque la cuestión ecológica suele aparecer en los programas electorales de los grandes partidos sólo como motivo ornamental y anecdótico. Pero es más que relevante: nos estamos jugando la supervivencia como especie devastadora. Vistos en sus inicios como estrafalarios, los ecologistas son unos activistas imprescindibles que defienden bienes colectivos intangibles como son los espacios naturales y bosques, la protección de fauna y personas, la calidad del aire y de las aguas, la alimentación sana, el emprendimiento social y el respeto por la enriquecedora biodiversidad. Las virtudes de la voluntaria simplicidad, la querencia por “lo sencillo es hermoso”. Las distopías tenebrosas de las películas “Gattaca”, “Blade Runner” o “El Planeta de los Simios”, el escenario futurible de tener que expandinos fuera de la Tierra para sobrevivir debido a la esquilmación de los recursos naturales y la contaminación podrían ser inevitables. En España se dan tres mundos: el de las grandes urbes implacables estresantes, de ritmos trepidantes y masificación anuladora. El de las ciudades medianas, como lo fue la misma Atenas Clásica, con un gran encanto de proximidad, compatible con cultura abierta, oportunidades actuales y servicios de calidad. Y el mundo rural, de postal y postración, mitad abandono, mitad desarrollismo de “reserva india” turística de “pita de los huevos de oro”.
Cuando es huella sabia y actividad económica tradicional, patrimonio etnográfico ensalzable, comunidad vecinal y marco idóneo para la excursión en pos de solaz y esparcimiento. Es precisa la “alfabetización medioambiental”, meditar sobre la paz y el sufrimiento animal, saber apreciar el silencio y el diálogo, construir un sociedad que prime la interculturalidad y una participación informada. Ahora todos somos un poco “verdes” por mediáticas modas y tendencias “light”, pero la cuestión ecológica, sin ser una excusa para talibanismos, conlleva suma urgencia. Reduce. Recicla. Reutiliza. Se trata de nubes tóxicas y vertidos, efecto invernadero, gases.
Por una sociedad más cooperativa, inclusiva y natural, a escala de vidas con sentido de lo verdaderamente valioso. ¿Es el futuro sólo una película determinista de atmósferas letales y cíborgs? ¿Se impondrán las mascarillas para respirar, nuevas drogas y los seres mutantes?
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