"Niños y niñas, sois el futuro de la Iglesia", nos dijo don Gabino

La tarde de aquella primera visita de don Gabino Díaz Merchán al campamento “Ángel del Alcázar” nos dejó muy contentos. Terminada la comida, Enrique, responsable jefe del mismo, le dijo: “Sabemos que usted tiene la buena costumbre española de la siesta, aquí también; acaban de lavar cada uno su plato, tanque y cubiertos y ahora... ¡Posición horizontal, ya!” (era la voz del jefe de día), y don Gabino vio que los chavales se tumbaban en sus tiendas ya bajo la sombra de los árboles que ellos mismos habían plantado; algunos se pusieron a leer la “Vida de Jesús” en viñetas. Llevamos al señor arzobispo a la sombra del grandioso fresno y sobre una colchoneta con la suave brisa durmió una siesta de 40 minutos –doble de lo habitual–; según nos dijo después, le recordaba la de los días de siega del trigo en La Mancha, cerca de Campo de Criptana. Los chavales recogieron todo y don Gabino llevó su colchoneta a la tienda de servicios técnicos.

Todos pasamos a realizar la “técnica personal de hoy, ¿cómo hacer una buena fotografía?”. Miguel A. Parte con otros educadores y el mismo don Gabino, que quiso participar, se encargaron de su amena explicación y luego buscaron los buenos paisajes, que muchos tenemos, así como espacios reducidos con contraluces, por ejemplo la capilla, nuestro bosque de “Buen Aire”, las orillas del río, la cocina con sus perolonas, el interior de las tiendas, limpias y ordenadas. Al ver las fotos todos se felicitaron: ¡Ya eran fotógrafos! Merendamos y hasta con un batido de leche. Pasamos a la capilla para tener la misa con el señor arzobispo, lo hicimos cantando. También vino el señor cura de Sena para las confesiones, así los dos consiliarios concelebramos. En la homilía nos dijo: “Sois el futuro de la Iglesia, tan preocupada por vuestra formación, y que ésta os lleve a las buenas acciones con otros niños y niñas y jóvenes como vuestros educadores; por ello tiene gran importancia ayudaros y apoyaros en vuestro Movimiento Junior de Acción Católica, y muy valorado en Asturias, puesto que en él recibís una inmejorable –creo yo– formación cristiana y apostólica; lo demostráis con vuestras buenas obras, compromisos y actividades en el mundo infantil y juvenil desde que empezasteis en 1948 en Huergas de Gordón (León); ya entonces los aspirantes de A. C. E. estabais unidos a los ‘aspiranti’ italianos y a los ‘grandes coeures’ franceses; así, vosotros con ellos iniciasteis en Europa lo que tanto necesitaba la Iglesia: salir a la calle como vosotros, presentando sin tapar que la vida cristiana es muy real desde Cristo hasta los siglos venideros cuando con ese agradable nombre latino ‘junior’ hacéis vuestra presentación ante compañeros y sacerdotes. En esta etapa tan decisiva de vuestra vida la Iglesia quiere que vosotros mismos seáis agentes de vuestra propia educación y evangelización. Y para conseguirlo en vuestros campamentos –en Asturias y en España– se os ofrece la ocasión de vivir en contacto con la naturaleza, de convivir en grupos de igualdad tratando fraternalmente con otros muchachos adolescentes o niños, ayudados de educadores jóvenes, y todos de encontraros consigo mismo y con nuestro Dios, Jesús”.

Luego, don Gabino, mirándonos, añadió: “Estoy convencido por propia experiencia de que es muy grande el bien que podéis hacer en este campamento de Movimiento Junior de A. C. ‘Ángel de Alcázar’ a muchos niños y jóvenes, niñas y adolescentes de nuestra querida Asturias; además, no queréis que la falta de recursos económicos les prive a otros chicos y chicas de unos días de acampada, como vosotros aquí, les hará más personas y les darán oportunidad de aprender a ser mejores cristianos. Aplaudo el esfuerzo de vuestros educadores buscando donativos entre personas más pudientes para becas a niños de familias humildes; yo también os apoyo por medio de la ‘exhortación a los fieles’”. “El Movimiento Junior, respuesta juvenil a la vocación apostólica” (1973). En ella dije “Frente a tantas estériles lamentaciones e inútiles comentarios de los que lloran porque creen que las nuevas generaciones se alejan de la Iglesia, el Movimiento Junior nos ofrece la oportunidad de ayudar a nuestros jóvenes y adolescentes. Si de verdad nos sentimos preocupados de su formación cívica y apostólica, confiemos en ellos y ayudémosles con generosidad haciendo posible que su trabajo educador llegue a más jóvenes”.

“Muchos, estoy feliz viendoos felices, alegres y gozando tanto durante el día como ahora fijos, ojos y oídos, en todo lo que estamos haciendo y diciendoos en misa; en vuestras comuniones pedí al Señor por mí para que siga al lado de niños, padres, amigos, pobres, enfermos, ancianos y ayudemos a los que están apartados por su comportamiento, como hizo Jesús desde niño”. Durante la comunión, al acercarnos creo que se emocionó cuando, en su honor cantamos arriando banderas: “Juventudes Católicas de España, galardón del ibérico solar..”, nos despedimos. Don Gabino nos recomendó: “Presentaros a vuestros párrocos, ofreceros a ser catequistas, colaboradores de Cáritas y los mayores ayudantes de ancianos. Salgo de aquí muy contento porque os vi con entusiasmo, serviciales, bondadosos, seguid así y cada vez más”. Su secretario, don José Almoguera, que en gloria está, trajo el coche. “Muy bien por vosotros, ¡volveré!”. Y todos: “Sí, vuelva, vuelva...”. El responsable jefe gritó: “¡Viva el Arzobispo!”... y todos: ¡Viva! Su eco desde el pico Cáscaros resonó por el valle del río Luna.

José Fuentes García-Borja, canónigo de la catedral de Oviedo