Predecir el pasado y competitividad
Así les ocurre a los economistas, hacen gráficos perfectos con números sacados del pasado, esperando que sobre las estadísticas anteriores fuera tan sencillo cuadrar el futuro con resultados positivos ¡pero no! jamás aciertan una, van dando tumbos y predicciones erróneas constantemente, disculpando su inexactitud con eufemismos indigeribles que para nada pasan desapercibidos por las gentes de a pie, que ven desesperados en manos de quien estamos. La pizarra lo aguanta todo, incluido que nos repitan hasta la saciedad el cuento de la lechera.
Además escriben libros aprovechando la incertidumbre del momento, la preocupación de las buenas gentes, que tratarán -cándidos ellos- de que ese libro les ayude a encontrar un hilo de esperanza o explicación a todos sus contratiempos. Cuando si pensaran un poco, se darían cuenta que si cada uno que escribiera un libro tuviera en sus manos la receta de las crisis económicas ¿Por qué ningún gobierno hace suya tal formula si tan sencillo fuera? ¿Por qué no fue capaz de predecir nada? Cómo ven se les da mejor predecir el pasado - un mundo de listillos es lo que tenemos.
Este mundo corre a velocidad de vértigo, las nuevas tecnologías están desbordando a los grandes economistas formados en el siglo XX -eran un referente, ahora no lo son- y ellos ni se enteran; lo peor, siguen manteniendo un poder decisorio a pesar de su limitación para ir acorde a los tiempos actuales para poder llevar con ciertas garantías la economía de empresas, gobiernos y Países. Todavía recordamos el cómo los expertos en economía de Zapatero: Solbes, La Salgado o el asesor Sebastián negaban la crisis y luego no supieron afrontarla ¿recuerdan sus recetas y planes B? así estamos, dejamos en manos de cualquier inepto la gestión de nuestros recursos.
¿Cómo es posible salir de esta situación, si quienes deben encauzar el rumbo, andan más perdidos que nadie? Les ves decir lo mismo y lo contrario. Nadie sabe si es mejor subir o bajar impuestos. Lo de la competitividad es desmoralizador, ya que con ella estamos marcando dos mundos opuestos y desiguales: Los países que puedan competir y los otros que estarán endeudándose y entregando su soberanía e independencia a los acreedores; estando sometidos a ellos para la eternidad.
La competitividad, "es la Ley del más fuerte" ¿para que se reúnen los de G8, G20? Solo para tramar y fastidiar al resto, allí marcan pautas que ni ellos cumplen, y eso que siempre es en su beneficio. No tienen en cuenta el 2º y 3º mundo, al cual deberían darle aire, dejarles respirar, perdonarles las deudas e invertir allí, en vez de tanta competitividad.
La competitividad desenfrenada es simplemente abandonar a los débiles, que cada cual se las arregle como pueda, pensando que todos pueden hacer por si mismos; sin enterarse que a los Países les pasa cómo a las personas, los enfermos, dependientes, torpes, débiles mental y físicamente no pueden competir con los sanos, inteligentes y fuertes; obligarles a competir es simplemente una competición desigual que el ganador siempre será el mismo: El abusador.
"La competencia siempre produce perdedores." "El sistema actual está dominado por dos palabras mágicas: Productividad y competitividad, que deberían ser sustituidas por repartición y cooperación." José Luis Sampedro
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