Inés Morán, el Padre Ángel y el Orgullo Gay
El 10 de julio pasado Inés Morán Álvarez escribía una carta en relación a unas declaraciones del Padre Ángel: “Abrir las iglesias al Orgullo Gay”, aunque sería más correcto hablar del colectivo gay, que del Orgullo Gay, que conlleva otro significado. Mi más sincera felicitación a Inés Morán, y suscribo totalmente sus afirmaciones punto por punto; no se puede decir más y mejor con las palabras justas. También a mí me duele esa noticia, y más viniendo de un sacerdote (aunque sabidas son sus discrepancias puntuales con la Iglesia: –Ver “Magazine” del diario “El Mundo”, entrevista de Elena Pita, sección entrevistas íntimas con..., en tiempo pasado–; sin dejar por eso de reconocer su encomiable labor realizada). Que yo sepa, las iglesias no están cerradas a nadie, y nadie es a nadie, sea gay o no, y siempre que se guarden el respeto y compostura correspondientes. No es de extrañar el sobresalto de Inés Morán ante la noticia, después del comportamiento profano y sacrílego que parte de ese colectivo (y de otros) ha demostrado impunemente en sus celebraciones públicas.
Lo principal es el respeto mutuo entre las personas y asociaciones del tipo que sean, de la sociedad, sin herir los sentimientos ajenos y que cada uno sea lo que quiera ser, y esté orgulloso de serlo (todos estamos orgullosos de nuestras creencias aunque no se compartan), pero siempre respondiendo de sus actos.
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