¡Cuídense de gozar por los demás! Tién q'haber gente pa'tó
- En esta vida hay personas que aportan ideas, crean e investigan; luego están los que las contradicen sin más argumento que su negación a toda evolución o cambio; otros van más allá del simple descuerdo, desarrollando propuestas y alternativas. Todos ellos, son los artífices del progreso. Los unos y los otros, ya que sin los segundos, quizás toda idea principal no estuviera del todo bien determinada. Por ello, tanto los creativos, cómo los inconformistas se complementan por bien de todos.
- Hay otra serie de personas que van por la vida dando consejos de todo y más, recalcando lo obvio, haciéndolo tan simple que parece que un mismo consejo vale para todos en general. Igual lo hacen de los placeres, la felicidad, del buen vestir y saber comportarse, etcétera. Incluso alguno habla de la grandeza de la humildad, otro del enorme poder y disfrutar del comer. Podemos seguir interpretando a los mismos y parecidos cómo personas insatisfechas de ellas mismas, pero pletóricas para saber encauzar al resto.
Me quedo con los inconformistas y críticos, se aprende más de ellos, que de los que siendo y aparentando tristes, dan enfoques de disfrutes y felicidad; otros con posibilidades de degustarse buenos placeres gustativos, realzan el buen comer; o los que teniendo dinero, salud y prestigio, van por la vida regalando de humildad. Les falta alegría, positividad y anonimato para dispensar tanta felicidad y humildad. Todo de lo que se alardea, se carece de ello, de humildad también.
- Los hay innecesarios hasta para ellos mismos. Los hay vagos y perezosos de solemnidad. Amargados por todo. Pesimistas y gente que solo miran para ellos; los que sus problemas son un universo, los demás ni les interesan. Los hay que comen con palillos, las manos o con tenedor. Los hay que visten de corbata y son unos impresentables, y quienes van de vaqueros y son de fiar. Los hay que se dicen dignos y son unos corruptos; mientras otros no alardean de su honradez. Los hay que son pobres y enfermos que lo afrontan con enorme entereza y aparente serenidad, otros que son ricos y sanos que son unos miserables e inaguantables. Los hay que trabajan sin parar, y otros dicen que lo hacen. Los hay que ayudan, son solidarios; mientras otros su egoísmo rezuma cargado de hipocresía e incoherencia. Así podemos enumerar la raza humana con mente y proceder tan diferente que un "consejo en común" es soltar besos y dardos al mismo tiempo.
Para los consejeros de todo: El espectáculo de la vida nos da más observando y comprendiendo al resto, que mirándonos el ombligo.
Es tan variopinto el panorama, costumbres, necesidades, enfermedades, dificultades de pueblos, familias y gentes; que queda feo e intrascendente dar recetas para todo. Nuestros gustos y nuestras aficiones, puede que no coincida con las demás. Por eso dejen de tratar de convencer que los buenos modales, están en el vestir, comer, reír o decir cómo ustedes aconsejan; porque no saben nada de quien lo hace de forma diferente; quizás sean sus costumbres, imposibilidades o necesidades las que le impidan ser cómo ustedes pretenden.
Un saludo sin más intención de que hablen alguna vez para aquellos que tienen dificultades intrínsecas para por si mismos alcanzar todo ese clima de radiante felicidad. Denles consejo a estos, de porque ustedes tienen tanta experiencia en placeres y felicidad y cómo ellos pueden llegar a competirles. Díganles a los pensionistas, con subidas de menos de 3 euros al año, que vayan degustar la buena cocina de los restaurantes donde ustedes acuden con asiduidad. A no ser que cuando hablen de felicidad en el comer lo estén diciendo por saborear una zanahoria o lentejas estofadas. Háblenle de honradez y humildad a quienes trabajando todo el mes, con los contratos de los que presumen todos los del PP, no les llega para cubrir las necesidades básicas de su familia. Que decir de los parados y de los que esperan y desesperan esperando de nuestros políticos algo más que consejos e imposibilidades. ¡Cuídense de gozar por los demás!
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