Apasionante proyecto para la tercera edad en Ribadesella
En efecto, Ribadesella bien merece ese proyecto, ya que el paso del tiempo nos recuerda con meridiana claridad que ya en 1979 la Corporación rechazó el magnífico chalé Roberto Frassinelli y prefirió los pasillos perimetrales de la plaza de abastos como centro recreativo de pensionistas. Eso sí, una vez escuchadas estas argumentaciones:
1.ª Queríamos para los pensionistas el sublime regalo de un local céntrico, accesible y óptimo para estar en contacto directo con familiares y amigos e integrados en su vida cotidiana.
2.ª Un chalé en primera línea de playa podría ser confortable y divertido en verano, pero tremendamente aislado al otro lado de un puente sin protección climatológica.
3.ª Muy al contrario, la plaza de abastos, recién estrenados los mostradores y los asientos para acomodo de mercancías y vendedores, tenía una actividad comercial muy concurrida, que además contemplaban los pensionistas a través de las cristaleras de sus propias dependencias. ¿Sería malo compartir aquel uso de la plaza?
Pues bien, como quiera que esos mismos criterios de 1979 son válidos a día de hoy, también hemos constatado fehacientemente que son manifiestamente mejorables las prestaciones actuales del centro de día e incluso alguna de la residencia de ancianos, puesto que, nos consta, ambos cuentan con lista de espera para admitir nuevos ingresos de solicitantes y distan del centro neurálgico del casco urbano una eternidad de rampas de gran pendiente y poco recomendables.
Y aunque si bien es cierto que nuestro asilo dispone de unas inmejorables instalaciones interiores muy aptas para tomar el sol y el aire a cualquier hora del día, no pasa lo mismo con nuestro centro de día, que es un semisótano.
Por otra parte, no debemos olvidar que nuestro asilo sí dispone de un magnífico jardín con bancos a sus sombras para esparcimiento al aire libre y preservación vital de nuestro reloj biológico, pero en nuestro actual centro de día no se dispone ni de un centímetro cuadrado para esos menesteres, lo cual es lamentable.
Dicho todo lo anterior nos parece absolutamente natural que los terrenos liberados de Angulas Delfa y sus aledaños sean el asentamiento idóneo de una residencia de ancianos con un amplio jardín que disfrutarían incluso los pensionistas llamados “Los Más Grandes”, los usuarios de la Casa del Mar y los del nuevo centro de día, que iría diseñado entre los bajos de la residencia y aquella parte perimetral de la plaza.
Todo con la ventaja añadida de que si una persona mayor asiste a un centro de día que cuente con plazas residenciales le facilita la adaptación posterior en caso de que más adelante sea necesario su ingreso en la propia residencia. Pues la persona mayor que conoce el centro de día, el entorno, y las personas ya no serán desconocidas, sino un ámbito que le es familiar y donde se siente a gusto.
Y de eso se trata precisamente, de que los pensionistas se sientan plenamente a gusto contemplando cómo sus descendientes enarbolan la Declaración Universal de los Derechos Humanos para que su centro de día-residencia deje de estar deportado en las empinadas rampas del Fuerte. ¿O no estaría mejor situado en el idílico solar de Angulas Delfa y la plaza de abastos cuando se liberen de la polución atmosférica de los coches?
Claro, por eso los urbanistas piden eliminar el enfermizo veneno de la polución atmosférica y descongestionar el centro urbano de coches. ¿Cómo? Pues circunvalando a los que quieran ir a la playa, con un nuevo puente por encima de la ¿isla de la Boticaria? y al Picu Ramonón. Así recuperaríamos el actual viejo puente parcialmente techado y como oasis-jardín para triciclos, carritos para niños y discapacitados, bicicletas, atracción turística, etcétera. Cierto, también nos recomiendan aparcamientos disuasorios como el barranco tras El Tocote (a dos minutos de la playa y Tito Bustillo) y las trincheras (a mano izquierda bajando de la estación con salida a la avenida Guillermo González), y a un minuto de la plaza de abastos. Aunque nosotros reiteramos habilitar esas ocho zonas azules que disfrutan en Llanes.
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