Carta abierta al alcalde de Gozón

Como alcalde de todos no debió vetar mi escrito “Los Franco y Luanco”, artículo censurado por no ajustarse a la línea editorial de su nueva revista del verano, editada ahora por el Ayuntamiento de Gozón; contenido del artículo que, según su secretaria, “no es de interés social ni cultural”.

Este relato que me transmitió esa gran comunicadora luanquina que es Carmina Artime, vivido en el año 1923 y que ella misma me contó, más otros tantos, en el año de 1963, trataba de cuando Franco era el “comandantín” (que cortejaba en Luanco a Carmen Polo en sus veraneos por la villa, lo hacían a escondidas, pues el padre de la novia no lo quería por ser en aquella época “poca cosa”.

Aunque al alcalde de Luanco no le encaje esta historia al ser su ideología completamente opuesta a la del protagonista de mi artículo, yo como demócrata le respeto, pero este relato amoroso, quiera o no este alcalde, transcurrió en Luanco y es histórico. Al enterarme de la censura de mi relato, inmediatamente vino a mi memoria mi abuelo, que fue presidente y fundador del Ateneo Obrero de Luanco, uno de los más antiguos de Asturias, José Ramón Gutiérrez (de La Pintora), un adelantado a su tiempo, sus escritos eran tachados y corregidos por no ser del agrado del régimen franquista. Hoy que tenemos libertad de expresión me ocurre a mí lo mismo, el protagonista de mi relato, el dictador, también era muy partidario de la censura, al igual de lo que está haciendo injustamente hoy conmigo esta Corporación municipal.

En el año 1976 empezaba en España la democracia, dirigida por el Rey Juan Carlos I, Adolfo Suárez y el gijonés Torcuato Fernández Miranda y algunos más. Gracias a ellos conseguimos la libertad sin derramar sangre en este país. Al año siguiente pudimos votar al primer diputado socialista por Asturias, Gómez Llorente, gran socialista, posteriormente olvidado y persona a elogiar, aquellos inolvidables mítines en El Molinón; ¡se siente, se siente, Llorente está presente! Poco después llegó el primer presidente del Principado, que fue Rafael Fernández, toda la vida los recordaré pues eran socialistas de verdad, de los de antes.

Todo esto me hace recordar aquellos momentos de transición, donde éramos tan pocos socialistas en Luanco los que decíamos serlo que se podían contar con los dedos de las manos. La Agrupación Socialista de Gozón, de la que fui fundadora, quedó formada por los siguientes miembros: secretario general, Manuel Llano; secretario de organización, Daniel López Is; secretario de administración, Rafael Gutiérrez; secretaria de prensa y propaganda, Soledad Gutiérrez García; vocales, María Gloria Moreno, Lourdes Granda, Manuel Aranda y Víctor Manuel Rodríguez García.

Éramos tan pocos en aquellos tiempos que sólo estaba con nosotros un grupo pequeño del PCE, aquel partido de Gerardo Iglesias, gran político que volvió a su trabajo en la dura mina cuando dejó la política, ejemplo a seguir que escasea mucho hoy en día.

Estos antifranquistas que hoy abundan y salen de todos los sitios se reproducen como esporas, ¿dónde estaban cuando poníamos las mesas de propaganda del PSOE en la calle, cuando pedíamos el voto y metíamos las papeletas puerta a puerta en las casas de todo Luanco o cuando quisieron echarnos del pueblo por cantal la “Internacional Socialista” al paso del Santísimo Cristo del Socorro? No acudieron estos para acompañarnos, arroparnos, animarnos, ni decirnos: ¡Compañeros, estamos con vosotros! ¡No estáis solos! Con todos los inconvenientes y problemas que pasamos y única y exclusivamente por nuestra vocación demócrata, sin cobrar un duro, logramos que empezara a andar la Agrupación Socialista de Gozón, para que algún día llegáramos a tener alcalde socialista en Luanco y, en este largo camino de cuarenta años nuestro objetivo quedó ampliamente cumplido al gobernar en el concejo de Gozón varios alcaldes socialistas.

Ser antifranquista lo es hoy en día cualquiera, es una moda populista de la nueva política, me hace mucha gracia escucharlos en muchas ocasiones. Había que ser antifranquista cuando vivía el dictador, no ahora que sale gratuito, había muy pocos antifranquistas antes, yo los tuve en mi familia y todos ellos tuvieron la gran valentía y coraje de implicarse contra el régimen sin temer las consecuencias de estar significados, éstos, los de antes, éstos, sí eran antifranquistas.

Permítame, señor Alcalde, seguir contando historias habidas en nuestro pueblo. Como años antes mi abuelo recordaba historias de sus años mozos que tanto entusiasmaban a aquellos parroquianos. Hoy muchos luanquinos siguen interesados en aquellas historias de tiempos pasados ocurridas en nuestro querido Luanco.