Ancianos

6 de Octubre del 2017 - Coro Junquera Lantero (Oviedo)

El otro día recordé al pasar por delante de un asilo o residencia de ancianos una sensación que se me había olvidado. La que tenía cuando de niña en el colegio, por Navidades, nos hacían llevar regalos para los ancianos de un asilo que teníamos muy cerca. Las monjas nos proponían cajetillas de tabaco para ellos y colonia para ellas. A mí me daba una tristeza espantosa y nunca quería ir el día que había visita. Creo que era por pensar en ellos como nos los pintaban: viejos, solos y pobres.

Y yo pensaba que era horroroso llevarles regalos que no sabíamos si les iban a gustar, y que aquello parecía un zoo donde ellos eran los animales y nosotras íbamos a verlos como a extraños que estaban allí, encerrados y pasándolo fatal.

Esas “ayudas caritativas” siempre las he odiado, por justicia todo, por caridad no.

Esta sociedad en la que hemos sido educados y seguimos educando por un estilo, en la que en vez de ver a los “viejos” como tesoros llenos de sabiduría que se merecen todo nuestro respeto y todo lo que necesiten en su vida, pero no por pena o caridad, sino por justicia hacia los que han dado su trabajo, su vida y porque se lo debemos, pues bien, esta sociedad cuánto mejor estaría si cambiáramos la perspectiva hacia nuestros mayores y pasaran de ser un estorbo a ser un tesoro.

Simplemente, y al margen de su mayor o menor valía, por ser anciano, viejo, ya se tiene un valor intrínseco del que el resto carece: la experiencia. Si fuéramos más inteligentes, tendríamos charlas y coloquios y toda clase de intercambios con los que ahora tenemos arrinconados, porque todo aquello que te pueda contar alguien que ya ha vivido mucho es interesante y valioso.

No son “batallitas”, y si así lo fueran, también enseñan. Conocer las cosas, el mundo, las experiencias, la vida, a través de unos ojos que lo han visto todo no tiene precio.

Nos podrían ayudar tanto en lo bueno como en lo malo; espero que algún día nos demos cuenta y les podamos devolver todo lo que ellos nos han dado.

Un abuelo no es ni un trasto viejo ni un incordio, pero así los conceptúa en la práctica esta sociedad nuestra tan absurda.

¿Por qué algunas cosas se nos quedan grabadas en la memoria y después de muchos años un día reaparecen?

¿Y si el ancian@ que a mí me toque no fuma o no le gusta la colonia?

Coro Junquera Lantero

Oviedo

Cartas

Número de cartas: 45279

Número de cartas en Mayo: 123

Tribunas

Número de tribunas: 2045

Número de tribunas en Mayo: 7

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador