El código de banderas en las zonas de baño
Este fin de semana, principalmente la jornada del sábado, ha sido realmente complicada en nuestras playas. Por fin llegó el ansiado día de sol y calor, con una mar embravecida que presentaba una poco habitual y atractiva temperatura que invitaba al baño. Traicionera marea baja al mediodía, miles de bañistas que no atendían a las indicaciones de unos socorristas que se ven en la difícil tesitura de imponer una autoridad que legalmente no tienen. Difícil aparcamiento, calor, ganas de baños, caos.
Tres colores, tres significados:
-Verde: baño permitido. Se supone un mar en calma y condiciones óptimas para el baño.
-Amarilla: precaución. Siempre y bajo cualquier circunstancia debemos adentrarnos con precaución en sus aguas. La bandera amarilla debería llevar asociada una zona de baño delimitada por dos banderas clavadas en la orilla del agua y el baño no debería estar permitido fuera de esa zona. Dicha zona de baño no tiene por qué ser estática, puesto que las corrientes y las condiciones de mar no lo suelen ser, eso sin contar con las enormes variaciones de marea que tiene nuestro querido Cantábrico.
-Roja: prohibición de baño. La bandera roja solamente debe ondear bajo circunstancias excepcionales (condiciones de mar extremas o peligrosas para la salud o integridad del bañista).
Es un código muy visual y sencillo, pero no siempre está bien interpretado.
Es deber de los socorristas vigilar y prevenir, brindando si fuera necesario respuesta inmediata de rescate acuático y/o primeros auxilios en la playa que tengan asignada. Deben asegurarse, entre otras tareas, de que nadie se bañe fuera de las zonas de baño permitidas durante el tiempo que dure su jornada. En el caso de que ondee la bandera roja, la prohibición de baño significa exactamente eso, prohibición de baño; ni hasta los tobillos ni hasta las caderas. Vigilancia y prevención son las palabras clave; el rescate debería ser la última opción. El socorrista debe evitar que ese incidente se produzca mediante una actitud preventiva. El trabajo está en la orilla, en ocasiones con el agua por las rodillas, indicando a los bañistas dónde está la zona de baños. No es un trabajo fácil y en ocasiones puede ser ingrato.
En nuestras playas aparecen unos actores difíciles de catalogar según este código, los surfistas. Está claro que surfistas y bañistas no deben coincidir en la misma zona y eso es algo que afortunadamente se suele cumplir y respetar. El problema se plantea, por ejemplo, con bandera roja. ¿Se debería prohibir el baño a los surfistas? No tendría ningún sentido que al llegar la primera marejada estival se prohibiera el baño a alguien que está acostumbrado a lidiar en solitario con condiciones más duras en invierno. Pero llevar un neopreno y una tabla no te convierte en surfista y no debería permitirse adentrarse a alguien cuyo nivel no se adapte a las condiciones de mar.
Desgraciadamente, dejamos detrás un fin de semana con un ahogado en Llanes por intentar rescatar a otros bañistas. Hay que insistir con el mensaje: disfruten de sus baños con precaución y colaboren con los servicios de socorristas.
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