Ojalá coincida con más profesionales como tú
Hace tiempo conocí a un médico, un médico diferente, un médico dispuesto, muy cercano, volcado, profesional. Qué pena que esto resulte extraño.
He coincidido con muchos médicos, pero una madre cuando tiene un hijo con problemas de salud y encuentra un médico que la entienda, que la escuche, que se preocupe por ellos, que les dedique tiempo, no sabe de qué manera agradecérselo.
Cuando voy a una consulta con Carlos Bousoño encuentro tranquilidad, porque le veo preocupado por mi hijo, le veo volcado, le veo cercano, y, sobre todo, profesional. Se preocupa por mi hijo de una forma extraordinaria, estudia el caso de mi hijo una y otra vez, revisa todas sus pruebas, las que él ordena y las de todas las especialidades, habla con el resto de médicos sobre mi hijo a menudo, se vuelca en sus pacientes, me llama, me informa de todo, me dedica todo el tiempo que necesitamos, y siempre me apoya. ¡Se preocupa y se ocupa!
Y esto no sabe la tranquilidad que da a una madre, saber que alguien se preocupa de verdad por su hijo, que no es un número más, que no es un paciente más, que trata a sus pacientes como personitas individuales, por su nombre, dedicándonos todo el tiempo que necesitamos, sobre todo a nosotras, las madres.
No por ello quiero hacer de menos a su pediatra, Ariana Pellitero, la cual nos aguanta demasiado, con su inmensa paciencia, y su gran trato con mis niños, por ello aprovecho también a agradecerle todo lo que hace por nosotros, que ella sabe que es mucho, y para mí es mucho más de lo que cree. Así como a Isolina Riaño, que, aunque hemos coincidido menos, sé que estás volcada con Íker.
Para una madre no es fácil todo el camino que lleva a un diagnóstico, médicos, esperas, análisis, pruebas, especialistas, más pruebas, más esperas..., dentro de todo esto se incluye el dolor de un niño, y más fuerte el de la madre. Y encontrar profesionales que te comprendan y te acompañen en este duro camino ayuda mucho.
Por todo esto, Carlos, llevamos años contigo y aunque en cada consulta te lo digo, hoy te lo repito: ¡gracias!, sólo esa palabra puedo decir, gratitud.
Gracias por darme tranquilidad, gracias por saber que mi hijo está bien en tus manos, gracias por volcarte con Íker, con Dani también, gracias por tu humanidad, por tu profesionalidad, gracias por tu cercanía, gracias por tu dedicación, gracias por tu trato con ellos, gracias por ir con nosotros de la mano. Gracias por haber escogido tu carrera y gracias por haber coincidido con Íker. Gracias.
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