Con las peores consecuencias
Que tarde o temprano, uno ha de encontrarse con quien es uno y es el resultado de su vida. De no ser así todo vendrá en desarreglo a quien es uno, de lo que “nutre” su vida o de lo que hacen “nutrirse” o debería “nutrirse” su vida. Debiendo de atender todo a un criterio lógico y lo más justo posible, de lo que debiera suponer la vida de cada cual. Que quien no atiende a tales razones, muy posiblemente, haga consistir la vida o las idas en lo que no debiera o debieran ser. Y por supuesto no poder partir de razones en las que apoyarse o por las que regirse. Y el no entender de una realidad de la que parte de todo y obedece todo, nos llevaría a conducirse por este mundo sin responsabilizar a nadie de sus actos y culpabilizar a otros erróneamente de todo ello. Y ser siempre, todo al margen de quien sea la misma persona o de lo que debiera responder a quien es cada uno, propiciando lo peor que pudieran ser los hechos y con las peores consecuencias.
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