Quiero otro Presidente
Señor Fernández, dice usted: “Asturias está en plena recuperación económica frente al discurso del declive y el antagonismo político paralizador”.
¿Dónde verá semejante presidente que Asturias y los asturianos están en plena recuperación? Señor Fernández, los parados de larga duración, los que no ven salida y apoyo alguno en ustedes. Los trabajadores que se tienen que coger a un empleo que roza la esclavitud, sin derecho alguno, con sueldos que no les llegan no para irse de vacaciones, sino para comer todo el mes. Los pensionistas que mes tras mes ven cómo su pensión la tienen que repartir con sus hijos, nietos y familia añadida, mientras ustedes siguen viviendo a cuerpo de rey de sus impuestos. Empresas que cierran, otras que no abren, o abren y cierran por arte de magia, con falsas expectativas y desengaños en espera de esa recuperación que sólo usted y el PP predican. La Asturias que pierde escalafón en comparación con las demás autonomías en todos los parámetros económicos desde que usted está al frente. La Asturias de las listas de espera en Sanidad, donde enfermos graves denuncian cada día la dejadez y desconsideración de una Administración ajena a todos ellos. La Asturias de las personas sin dientes o sin gafas, como no se veía desde los años 60. La Asturias de los jóvenes buscándose la vida por el extranjero o en otras autonomías, mientras ustedes, los más torpes del lugar, ocupan cargos que no merecen (eso sí, cara dura a repartir). La Asturias de las plagas y manadas sin límite de osos, lobos y jabalíes, que están perjudicando enormemente a las gentes de los pueblos, donde incluso se atreven a sacar un manifiesto de cómo comportarse si se encuentran con un oso de frente, en vez de poner racionalidad y freno a tanta bestia suelta. Supongo que cuando una desgracia ocurra, los que redactaron ese manifiesto serán los responsables a los que acudir a pedir responsabilidad civil y penal.
¿Esta Asturias es la que está bien, señor Fernández? ¡Que los que se quejan lo hacen de vicio! Usted es un innecesario político, que se está riendo en la misma cara de quien sufre y llora a diario de una situación muy diferente a como la quieren ustedes pintar.
Señor Javier Fernández, usted ya perdió hace tiempo la credibilidad, la poca que le quedaba la dejó finiquitada cuando le regaló el Gobierno a Rajoy; de ahí que ahora la Pastor y la plana mayor del PP le acompañen y agasajen con piropos. ¿No le da vergüenza haber usado los votos socialistas para tamaña empresa? ¿Si les dice en campaña electoral que sus votos servirán para sumarlos a los del PP le hubieran votado? ¡Claro que no! ¿Ustedes no decían que gobernarían desde la oposición? ¡Ilusos!
Sigue diciendo: “La Asturias de hoy, con sus graves dificultades, es probablemente la mejor que hemos conocido”.
¿La mejor que hemos conocido? Le preguntó a los padres que llevan dos, cuatro o siete años parados, que cada día se las ven y desean para cubrir las necesidades mínimas de supervivencia de sus hijos, que están desesperados de patalear empresas, polígonos, abrir y cerrar puertas intentando que alguien le regale un empleo. Le preguntó a los que cobran esos sueldos de la Báñez, que no les llega el sueldo no para pagar hipotecas, luz, calefacción, matrículas, libros, etcétera, ¡que también hay que pagar!, sino para poder llegar a final de mes, ya que es imposible hacer milagros financieros con simple caridad. ¿Preguntasteis a los pensionistas que llevan perdiendo poder adquisitivo casi diez años? ¡Claro, Javierín, para ti todo va bien!
Me importa poco el cómo pasarás a los anales de la historia, aunque creo que lo supones, ¡sólo quisiera tener pronto un presidente en condiciones! Para ello necesitamos que te vayas, que huyas de ti mismo, que sientas que eres un estorbo para la recuperación de Asturias. Quisiera un presidente que lograra traer empresas e industria a esta bella región. Que velara por los más necesitados y dependientes. Que apoyara a pensionistas, que dejen de ser el sustento de una crisis que ustedes crearon, no vieron y no supieron solucionar. Que ayudara a los parados, pero no con caridad, con ¡empleo de calidad!
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