Cómo un inepto puede arruinar tus vacaciones
Una estupenda estancia en Mallorca, pero toca regresar a Asturias. Cola para facturar. Una chica y un chico, por cierto muy prepotente y estresado. Le damos los carnés mi marido y yo. Maletas en la cinta, veo que la mía se va sin la etiqueta de identificación. Se lo digo y contesta: “No se preocupe, ahora voy y se la pongo”. A todo esto, el chico había cambiado los precintos de identificación: el mío en el de mi marido y al contrario.
Ya me quedé un poco inquieta, pero pensé “bueno, vamos a confiar en lo que ha dicho”. Un buen vuelo y aterrizamos en Ranón. Comienzan a salir las maletas y yo buscando mi maleta azul con una gran cinta rosa fucsia que me permite identificarla rápidamente. Nada, no está. Voy a la ventanilla de Volotea y hago la reclamación correspondiente. Al día siguiente me iba a La Coruña. Viaje suspendido, ya que contaba con lo puesto. Es martes y sigo esperando una respuesta. Nadie se ha puesto en contacto conmigo, me han dado un teléfono 902 que la misma chica decía que sólo valía para pagar unos ocho euros. Atentamente, una cabreada con aquellos ineptos en su trabajo, sea el que sea.
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