Gaspar anuncia que se va, pero se queda
Gasparín, siempre en candelero. Siempre en los medios. Hay que reconocerlo, y hay que no olvidar por qué.
Por qué es tan funcional, ahora y hace 10 años, al sistema, a los designios de poner límites, de contribuir con cortafuegos a la ampliación de la izquierda.
¿Cómo es posible estar en tres partidos a la vez y no estar loco?
Gasparín puede, sabe hacerlo, solamente tiene que hacer caso a sus “asesores”. De ellos solamente Rubén http://www.tercerainformacion.es/antigua/spip.php?article69563 se quedó en el camino. Le entró más prisa que a Gasparín y se fue “pa la PSOE", indicando el camino que ya estaba, siempre trazado.
Gasparín el traidorín, ahora dicen que si es leal o no. Depende de a quién. Fundamentalmente es una trayectoria anticomunista.
Y ahora, un trampolín para ponerle la zancadilla no a Izquierda Unida, sino a las posibles confluencias más unitarias. Un diseño táctico convenido con los estrategas de “la PSOE” para ponerle cerco romano a demandas que puedan ser demasiado “intensas” o “juveniles” en nuevas expectativas de transformaciones profundas. Un pacto de alturas, entre “prestigiosas” figuras, con nada de pueblo, y con muchos medios que le hacen coro y campaña.
¿Te has preguntado ya por qué?
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