Desagradable experiencia en Arriondas
Cada vez que acudo al Hospital de Arriondas, bien como usuaria o como acompañante, siempre salgo con una sensación desagradable, algunas veces por el trato recibido, otras por las deficiencias del sistema.
Intentaré no extenderme mucho, sólo le voy a narrar al doctor Busto lo sucedido en la última visita a este hospital.
A primeros de junio acudí con una hermana enferma de párkinson a una revisión de Medicina Interna. El doctor que la atendió creyó oportuno cambiarle el tratamiento sustituyendo una de las medicinas que estaba tomando por parches. Nada nos dijo sobre las posibles consecuencias de la suspensión del antiguo tratamiento y su sustitución por los parches, ya que de haber sabido los efectos secundarios tan demoledores hubiésemos valorado el cambio. Para resumir, sólo decir que pasó de ser una persona válida para las ADVC a ser dependiente total, añadiendo a esto un grave deterioro cognitivo. Lo lógico hubiera sido que el doctor nos informara de los posibles efectos secundarios que este cambio podría acarrear, y que, si esto sucedía, acudiéramos de nuevo a consulta, pero parece que en este hospital la lógica no funciona.
Pasan los días y ante el empeoramiento de la situación me veo obligada a llevarla a urgencias, acudo por la mañana con la esperanza de que el médico que cambió su tratamiento pueda verla, pero no fue así (aquí hago un paréntesis para decir que el doctor Joaquín de urgencias es un ejemplo de cómo se debería trabajar en un hospital, porque, a pesar de estar desbordado, nos atendió con todo su interés y cuidado, cosa difícil de ver en Arriondas). El médico de urgencias se pone en contacto telefónico con el de Medicina Interna y éste le prescribe un cambio en la medicación para dormir (esto ya fue la puntilla). Nos hace la receta y le pide una consulta preferente para Medicina Interna. A la salida paso por citaciones y me dan cita preferente para últimos de septiembre, es decir, tenemos que esperar cuatro meses. Me niego a coger la cita porque me parece increíble tener que esperar cuatro meses por una situación de urgencia y me dicen que la pasarán a Coordinación y me llamarán. Esperé la llamada mes y medio y al final me llegó una carta con cita para finales de agosto. Sin palabras... Solución: tuvimos que acudir a un neurólogo privado de Urgencias en Oviedo, ya que la situación era desesperada y gracias a eso se consiguió estabilizarla.
Ahora, doctor Busto, le dejo aquí cuatro preguntas:
- ¿Por qué los pacientes de todas las áreas sanitarias tienen derecho a que los vea un neurólogo y Arriondas no?
- ¿Cómo es posible que ante un empeoramiento el paciente no pueda ser visto inmediatamente por el especialista?
- ¿Cómo se entiende una espera de cuatro meses para una consulta preferente?
- ¿Cómo se puede tener esperando a entrar en la consulta a pacientes con edad avanzada y enfermedades serias dos horas y más?
- ¿Por qué hay un elevado número de profesionales que nos tratan de una forma que raya en lo despótico?
Animo a todos los usuarios a que reclamen sus derechos, entre los que están un trato digno y el derecho a ser vistos por el especialista que su enfermedad requiera.
Medicina Interna: cajón de sastre.
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