La esencia mata el Xiringüelu
En un escueto comunicado de prensa, el alcalde praviano, el socialista David Álvarez, hace un balance muy positivo de la romería del Xiringüelu 2017, celebrada el pasado domingo en el prau de Salcedo. El regidor intenta quitar importancia a los disturbios vividos en la recta final de la fiesta, cuando un grupo incontrolado de jóvenes, con evidentes síntomas de embriaguez, asaltaron el bar de la fiesta, tomando como rehenes a las personas que trabajaban detrás de la barra del bar, lo que hizo que tuviesen que intervenir las fuerzas antidisturbios para terminar con la trifulca.
Este desafortunado incidente, cuya grabación ha circulado como la pólvora por las redes sociales y por todas las cadenas de TV del país, ha dado una pésima imagen de una fiesta que tiene mas de 70 años de antigüedad y que en los últimos tiempos ha batido récord de participación. Este año se calcula que unas 30.000 personas estuvieron en el Xiringüelu praviano. En palabras de David Álvarez, “los incidentes ocasionados con motivo del cierre del bar situado en el prau de Salcedo al finalizar la fiesta, a las doce de la noche, queremos destacar que no se corresponden con lo que es el Xiringüelu y su esencia; este tipo de comportamientos son intolerables y, por lo tanto, los condenamos públicamente”.
El comunicado en sí queda muy bonito, pero hay algo en él que no encaja muy bien en la exculpación de los hechos cuando se refiere a la esencia del Xiringüelu. Si buscamos en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua el significado de la palabra esencia, leemos textualmente: "Da cuenta de aquellas características sin las cuales un ser no sería quien es, características que determinan que algo sea invariablemente de una manera específica y no de otra". Es decir, que la esencia del Xiringüelu praviano no es otra que la de beber hasta coger una buena borrachera, y una vez conseguida la esencia de la fiesta, armar lo que cada uno se le ocurra o pueda, según en las condiciones físicas y psíquicas que el excesivo alcohol ingerido le permita.
En pocas palabras, la esencia del Xiringüelu es coger una buena borrachera; después viene todo lo demás; lo demás ya todos sabemos lo que puede ser: broncas, peleas, lesiones por cortes, comas etílicos que terminan en un hospital; o como ha sucedido este año, salir por piernas del prau perseguidos a toletazos por los antidisturbios.
En el vídeo difundido del incidente podemos ver cómo uno de los propios responsables de la organización de la fiesta amenaza con una botella en la mano a los alborotadores. Creo que esa imagen lo dice todo sobre lo sucedido, y al mismo tiempo debería, desde nuestro punto de vista, servir para hacerse una seria reflexión si la propia esencia del Xiringüelu no estará abocando a su propia muerte. Esperemos que eso no suceda, pero deberíamos todos ir pensando en buscar para el Xiringüelu del futuro otras esencias que no sean sólo las de emborracharnos hasta perder los sentidos y la razón, que el alcohol no pueda nunca terminar con nuestra querida folixa praviana.
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