América Latina, inseguridad, Venezuela
Este verano he hablado con una persona que ha viajado por varios países de América Latina. Esta persona decía que allí no es como aquí. En Venezuela, por ejemplo, muchos delitos quedan sin resolver. Por lo tanto, los criminales se sienten impunes y los ciudadanos desprotegidos. Y además, no hay muchas familias que actúen como unidades de convivencia y transmisoras de valores. Pues, para empezar, muchos niños nacen fuera del matrimonio. Falla la justicia, falla la familia y también falla la escuela. (..).
El sistema educativo, en general, es privado. Por lo tanto, los ricos, interaccionan, progresan y se reproducen, sin mezclarse con los pobres. El resulta de todo esto: Una clase media muy reducida y una clase baja, muy baja. Y un estado que no funciona. Venezuela no es más que un ejemplo.
Después de oír las palabras de este viajero, tengo más datos para comprender lo que pasa en el país de Maduro: Dos bandos enfrentados. Un gobierno que se salta las leyes. Un sistema productivo incapaz de cubrir las necesidades básicas. Y unas fuerzas del orden, que por su corrupción, no están al servicio de los más necesitados. Y unas calles aterradoramente inseguras.
Dicho esto, para contrastar la información recibida he leído el informe que escribió Ricardo Angoso, el 2015, sobre la Inseguridad en aquella zona y he podido ver que la aportación mencionada encaja dentro de este documento.
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